El martes 20 de febrero, Xiorelis del Valle Ocando, llevó a su hija de 17 años de edad, al Hospital Materno Infantil Samuel Darío Maldonado de Barinas, tras haber tenido una pérdida de embarazo dos días antes y, requería de ciertos estudios para tratar una multipatología que tiene su salud en peligro.
Corresponsalía lapatilla.com
La adolescente quien venía de tratar su embarazo con un especialista privado, presentó complicaciones sobrevenidas de un cuadro anémico, tumores en el útero y quistes en los ovarios, por lo que ameritaba una legrado y muestra de biopsia para determinar la gravedad del caso.
Las condiciones económicas de la paciente y su familia, los obligaba a acudir a un centro asistencial público y la especialista la refirió al Hospital Materno Samuel Darío Maldonado.
“Acudimos inmediatamente el sábado 17 de febrero y no fue hospitalizada ése día. El domingo 18 tuvo la pérdida y el martes siguiente fue que la atendieron”, relató Xiorelis Ocando.
A partir del ingreso de la paciente, mientras ella esperaba que le relizaran las atenciones correspondientes, la familia comenzó a correr un “maratón” para lograr que algo hiceran por su salud.
Ocando tuvo que solicitar los servicios privados de un laboratorio y las enfermeras se negaron a tomarle la muestra de sangre. Para que le aplicaran tratamiento primero acudió a la dirección y esto comenzaron a hacerlo tres días después.
“Le dolía la cabeza, se le bajaba la tensión y tenía fiebre, pero lo único que le colocaban era solución y protector gástrico y, en el informe de enfermería apuntaban que le aplicaban todo el tratamiento pero no se lo colocaban”.
Lo importante por lo que acudió la paciente al hospital materno de Barinas, fue para que le practicaran un legrado y le tomaran muestra para una biopsa, Ocando aseguró que “solo le hicieron el legrado, la muestra para biopsia no se la quisieron tomar”.
La labor médica fue dejada a la mitad, como una presunta “venganza” por haber acudido a la dirección del hospital a informar de lo que estaba padeciendo, por lo que también el personal le expresó improperios, insultos y vulgaridades.
Para completar el martirio, no le hicieron entrega de un informe para que la paciente justificara su ausencia en el liceo y lugar trabajo.
“Hay que llevar todo”
Xiorelis del Valle Ocando, vio con estupor como eran entregados los medicamentos y otros insumos en el Hospital Materno Samuel Darío Maldonado, pero a ella y demás familiares de pacientes les exigían que llevaran todo lo que se requería para garantizarles atención y ellos solo aportaban la mano de obra.
Pero “también somos testigos de cómo se repartían entre el personal de limpieza los medicamentos que allí llegaban, por ejemplo las ampollas y más, a mitad de pasillo”.
Hospital en la “carraplana”
La familia Ocando pasó al menos ocho días en el Hospital Materno Samuel Darío Maldonado de Barinas, teniendo durante el día que sacar energías y dinero para correr de un lado a otro y, por la noche aguantar la oscuridad en la que se encuentra este centro de salud.
“Las luces de los pasillos de afuera no funcionan, están todas las lámparas quemadas. En la parte de adentro todo lo que es hospitalización, emergencia obstétrica, pediátrica, nada tiene aire acondicionado, los pacientes tienen que llevar ventiladores porque el calor es insoportable”.
En medio del deterioro visible del hospital, Ocando rescató el buen trato del personal de vigilancia y de la directora que fue atenta cada vez que lo requirieron.