“Nunca pensé que vería un dron yendo tan rápido solo para grabar imágenes de la cámara”. Lo dice Max Verstappen, que se retó contra el RBD-1 el dron pintado con los colores de Red Bull, capaz de volar y grabar de forma estable a 350 km/h.
Tiene tres minutos de batería y un alcance de señal de 10 kilómetros, suficientes para dos vueltas a un circuito, o para grabar en alta definición cualquier duelo en un gran premio, mejorando la intensidad de las imágenes hasta niveles nunca vistos si le dan el OK desde la FOM a este nuevo invento, capaz de girar y volar con sorprendente agilidad.
“Me sorprendió mucho lo rápido que podía seguir el ritmo y también lo cerca que podría llegar en las curvas, cómo gira. Da una perspectiva un poco diferente para ver la Fórmula 1”, añadió el neerlandés.
Se tardó más de un año en crear un dron que pudiera acelerar dos veces más rápido que un coche de F1, alcanzando los 300 km/h en sólo 4 segundos, con una velocidad máxima de más de 350 kilómetros por hora, además pilotado de forma manual y hasta con un pedal en el pie.
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