Las muertes causadas por el terrorismo aumentaron en el último año un 22% en todo el mundo, hasta 8.352, el nivel más alto desde 2017, señala un informe divulgado este jueves por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP, en inglés).
En su documento titulado Índice Global sobre Terrorismo 2024 (GTI, en inglés), el laboratorio de ideas IEP señala que el terrorismo es todavía una amenaza global y que los atentados, si bien en número se han visto disminuidos un 22 % -hasta 3.350-, son más mortales.
A pesar de los ataques de la organización islamista Hamás del pasado 7 de octubre contra Israel, el número de incidentes terroristas disminuyó en Oriente Medio, al igual que el norte de África, Europa y América del Norte, mientras la región del Sahel ha superado a Oriente Medio como epicentro del terrorismo, de acuerdo con el GTI.
En ese sentido, el Estado Islámico (EI) y Jamaat Nusrat al Islam wal Muslimeen (JNIM), una franquicia de Al Qaeda, son las organizaciones terroristas más activas en el Sahel.
El IEP, que publica anualmente este informe, calcula que el promedio de personas muertas en cada ataque ha aumentado un 56 %, lo que supone el peor porcentaje en casi diez años.
El documento divulgado hoy es considerado el más completo sobre las tendencias globales del terrorismo y utiliza múltiples factores para calcular su puntuación, incluido el número de incidentes, muertes, heridos y rehenes, y lo combina con conflictos y problemas socio-económicos para proporcionar una imagen completa.
El incidente terrorista más mortífero de 2023 fue el ataque perpetrado por Hamás en Israel el 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas, pero sus consecuencias han tenido tal impacto que, a mediados de este febrero, más de 30.000 palestinos han perdido la vida en la operación militar de Israel en la franja de Gaza, agrega.
El documento indica que Burkina Faso sufrió el peor impacto del terrorismo en 2023, con un aumento del 68% en las muertes a pesar de que los ataques disminuyeron en un 17%, mientras que Irak registró la mejor evolución en la última década: las muertes por terrorismo cayeron un 99% desde su pico en 2007.
El IEP dice que el terrorismo no es la forma de violencia más mortífera del mundo, ya que los conflictos armados provocan nueve veces más muertes que el terrorismo, más de 45 veces más de homicidios y 72 veces más de muertes por suicidio.
No obstante, el terrorismo tiene un impacto psicológico y social particularmente perturbador, destinado a traumatizar a toda la sociedad, más que al individuo, agrega.
“Los últimos doce meses resultaron en la mayor cantidad de vidas perdidas a causa del terrorismo que en cualquier período desde 2017. Los conflictos siguen siendo el principal impulsor del terrorismo, pero la mayoría de las guerras del siglo XXI han sido imposibles de ganar y muy costosas”, dijo el fundador y presidente ejecutivo del IEP, Steve Killelea.
“El terrorismo también prospera en zonas de inestabilidad política. Es imperativo que las tensiones políticas y los conflictos menores actuales no aumenten y que los actuales se resuelvan; de lo contrario, es probable que aumente el terrorismo”, agregó.
“Es importante que los responsables de las políticas globales -subrayó- concentren los esfuerzos internacionales para abordar los conflictos globales actuales y evitar que el conflicto de Gaza se extienda”.
El informe señala que los incidentes terroristas en las democracias occidentales registraron una caída del 55% en comparación con el año anterior y se contabilizaron 23 ataques que provocaron 21 muertes.
Estados Unidos registró el 76 % de estas muertes en siete ataques, de los que cinco estuvieron relacionados con personas con creencias de extrema derecha, si bien ninguno tenía afiliación con un grupo de esa ideología, de acuerdo con la investigación. EFE