La infraestructura energética ucraniana sobrevive al segundo invierno de los ataques rusos

La infraestructura energética ucraniana sobrevive al segundo invierno de los ataques rusos

La Fuerza Aérea ucraniana informó este sábado de varios ataques nocturnos rusos con misiles y drones kamikaze de tipo ‘Shahed’, que causaron daños en la infraestructura energética de la región de Dnipropetrovsk. REUTERS/Sofiia Gatilova/ArchivoREUTERS

 

 

 

Ucrania sale del segundo invierno desde el comienzo de la invasión a gran escala con su infraestructura energética dañada pero toda operativa y habiendo evitado grandes cortes de energía, gracias a una mejora en la defensa antiaérea y al posible cambio de prioridades de Rusia.

Ucrania ha producido más electricidad de la que consume durante cuatro días consecutivos, informó el Ministerio de Energía de Ucrania el primer día de la primavera, con temperaturas que subieron a 17 grados. “Se vio favorecido por el tiempo soleado y, en consecuencia, por la producción de electricidad mediante plantas de energía solar”, explicó en su canal Telegram.

Esto ha permitido a Ucrania exportar excedentes de electricidad a países vecinos y al mismo tiempo mantener en reserva una serie de instalaciones. Aunque Rusia ha seguido bombardeando la infraestructura eléctrica en las zonas de primera línea, solo un número relativamente pequeño de consumidores sigue sin electricidad.

Expectativas nefastas

La situación es diferente a la de hace un año cuando los ataques rusos amenazaron con hundir a la mayor parte del país en la oscuridad y la mayoría de los residentes tuvieron que vivir con pocas horas de electricidad al día durante semanas.

Aunque el ataque de Rusia no logró dividir el sistema energético ucraniano en “islas” desconectadas, en palabras de Volodimir Omelchenko, del grupo de expertos del Centro Razumkov, la invasión rusa le costó al país aproximadamente la mitad de su capacidad de generación.

Dado que se esperaba que Rusia continúe con sus ataques, altos funcionarios ucranianos advirtieron sobre las terrible consecuencias.

“Compré decenas de velas. Mi padre compró un camión lleno de leña. Nos estamos preparando para el peor invierno de nuestra historia”, afirmó en noviembre el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba.

Mejor preparados y mejor protegidos

“Nuestros ingenieros han ideado varias formas ingeniosas de limitar los daños”, dijo a EFE Omelchenko. También subrayó la enorme cantidad de apoyo, tanto en fondos como en equipos, ofrecido a Ucrania por decenas de otros países.

Un voluntario británico que trajo a Ucrania ayuda humanitaria mencionó a EFE el ejemplo de enormes redes de pesca que se instalaron sobre infraesttructuras para capturar los drones rusos antes de que pudieran golpear puntos críticos.

Ucrania también logró recuperar 2,2 GWh de capacidad de generación mediante reparaciones, según el ministro de Energía, German Galushchenko.

Unas defensas aéreas más fuertes pueden haber disuadido a los rusos de dirigir más misiles y drones hacia la infraestructura energética, aunque una mayor proporción de amenazas interceptadas también significa que es más difícil hablar con certeza sobre sus objetivos previstos, dijo a EFE Yuri Ignat de la Fuerza Aérea de Ucrania.

Si bien el invierno pasado Ucrania dependía casi exclusivamente de sus antiguas defensas aéreas de la era soviética, que derribaron alrededor del 60-70% de los misiles y drones, su capacidad para protegerse se vio reforzada por la llegada de sistemas modernos como PATRIOT en 2023.

Cambio de prioridades

Rusia atacó masivamente Ucrania durante todo el invierno. Sin embargo, a diferencia de hace un año, entre los objetos atacados predominaron los objetivos industriales.

Rusia tuvo que elegir sus prioridades, ya que solo dos grandes ataques, el 29 de diciembre y el 2 de enero, consumieron la cantidad de misiles que produce en tres meses, subraya el analista militar Mikola Bielieskov en Facebook.

También es posible que los rusos comprendieran que la destrucción de la infraestructura energética no les ayudaría a imponer su voluntad en Ucrania ni a romper el espíritu de resistencia, sostiene Bielieskov.

Este invierno el tiempo ha sido favorable, con temperaturas muy por debajo de cero solo durante un breve período en enero, lo que significó que el sistema energético sufrió una carga menor. En momentos críticos, las importaciones de electricidad ayudaron a compensar el déficit y evitar cortes de energía.

Aun así, el peligro de un ataque ruso contra la infraestructura sigue ahí. Rusia puede estar esperando a que se agoten las defensas aéreas de Ucrania, mientras que gran parte de la infraestructura, incluida la central nuclear más grande de Europa en Zaporiyia, está bajo control ruso o gravemente dañada, argumentan los analistas.

EFE

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