En una medida que ha resonado fuertemente a nivel internacional, Rusia ha trasladado armas nucleares tácticas a Bielorrusia, situando estos peligrosos arsenales significativamente más cerca del territorio de la OTAN. Este despliegue, confirmado por altos funcionarios occidentales a Foreign Policy, se interpreta como una señal política clara del jefe del régimen ruso, Vladimir Putin, ampliando la amenaza militar hacia la alianza en medio del prolongado conflicto en Ucrania.
Arvydas Anusauskas, ministro de Defensa de Lituania, ha sido uno de los primeros en alzar la voz dentro de la OTAN confirmando este alarmante movimiento.
Putin había anunciado esta decisión en junio del año pasado con el propósito aparente de aumentar la presión sobre el flanco oriental de la OTAN. Esto se inscribe dentro de un contexto de intimidación nuclear por parte de Rusia, una táctica que busca disuadir el apoyo occidental a Ucrania. “Si los rusos acercan armas nucleares a nosotros, necesitamos movernos también”, expresó Anusauskas, señalando la necesidad de una respuesta contundente de Occidente frente a estos movimientos.
El mundo ha estado bajo la sombra nuclear desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. Putin no ha eliminado la posibilidad de utilizar armas nucleares tácticas de bajo rendimiento, contemplando esta opción ante los contratiempos en el campo de batalla. Sin embargo, recientemente manifestó en una entrevista con Rossiya-1 y RIA que, aunque Rusia está preparada desde el punto de vista militar-técnico, no considera que la situación actual desemboque necesariamente en un conflicto nuclear. “Desde un punto de vista militar-técnico, estamos, por supuesto, listos”, aseguró Putin, añadiendo que nunca se planteó seriamente el uso de dichas armas en Ucrania durante el 2022.
Expertos en seguridad y control de armas han ofrecido opiniones encontradas respecto al impacto militar real de esta maniobra. Rose Gottemoeller, exenviada de control de armas de Estados Unidos y ex subsecretaria general de la OTAN, argumenta que la amenaza no cambia esencialmente con el desplazamiento de estas armas hacia Bielorrusia.
“Los rusos pueden alcanzar cualquier lugar en la OTAN con misiles nucleares desde su propio territorio”, indica, sugiriendo que el movimiento tiene más un valor simbólico que práctico. Esta perspectiva subraya la importancia de no exacerbar la situación respondiendo públicamente de manera que se juegue en favor de la estrategia de intimidación rusa.
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