A pesar de no haber superado un resfriado, el papa Francisco recibió en el Vaticano a los trabajadores y pacientes del hospital pediátrico Bambino Gesù.
Ante la imposibilidad de leer su mensaje, invitó a un colaborador a hacerlo.
“Me alegro de verles. No me he recuperado y por eso no puedo leer bien mi mensaje. Lo hará monseñor Ciampanelli por mí. Gracias“, explicó.
Luego, usando una silla de ruedas, el pontífice saludó activamente a familias y niños enfermos. Entre ellos había casos humanitarios procedentes de Ucrania y Gaza.
Con abrazos, bendiciones y autógrafos, Francisco se acercó a cada uno.
Previamente, había encomiado la labor centenaria de este centro médico, referente en Europa.
“Siento dolor por el sufrimiento infantil, pero también esperanza viendo lo que hacen para curarlos. Gracias por esa obra bendita”, afirmó.
A pesar de sus limitaciones físicas, el papa quiso estar presente para apoyar la labor asistencial con los pequeños pacientes.
Les deseó continuidad en su misión y recibió el ruego de oraciones hacia su persona.
Con información de EFE