Las ciencias sociales se han adentrado en la investigación de los autoritarismos desde diferentes perspectivas, Adorno entre otros se ocupó de estudiar a aquellos personajes potencialmente antidemocráticos identificados con el fascismo en el reconocido grupo de Berkeley a inicios de la década de los 50, cuando apenas se empezaba a comprender lo terrible que había sido el régimen nazi y la segunda guerra mundial.
Este acercamiento psicológico a la mentalidad autoritaria propició un aluvión de criticas, cuando se planteó que los rasgos de la personalidad autoritaria eran comunes también para los autoritarismos de izquierda, esto se evaluó por estudios que se continuaron en los años 60, más recientemente se acepta que el dogmatismo de las ideas en los extremos constituye un síntoma del síndrome del autoritarismo, este dogmatismo que impide la neuroplasticidad política ajustada a la realidad negando la posibilidad de alternancia, cambio o convivencia se debe entre otros factores a una rigidez del pensamiento lógico.
La lógica autoritaria en el poder utiliza cualquier tipo de violencia para defender lo que considera su narrativa ideológica de permanecer en la conducción a costa de lo que sea y a cualquier precio, es lo que hemos visto en Venezuela en estos últimos 25 años y que se puede definir como épica revolucionaria, Fidel Castro lo expresó con claridad infinidad de veces “dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada”, Chávez repitió la consigna y vaticinó que la revolución socialista bolivariana era para siempre y que nunca abandonarían el poder, Maduro en un arrebato de sinceridad lanzó la línea que ganarían las elecciones por las buenas o por las malas, esta amenaza lo coloca en la lógica de los autoritarismos y paso a paso está defendiendo su posición utilizando los poderes del estado que están a su servicio o más bien en sumisión.
La lógica argumentativa del autoritarismo de Maduro representa todo lo opuesto a la lógica libertaria y democrática de María Corina y la doctora Corina Yoris, el problema para Maduro no es ganar las elecciones con maña, ventaja y alevosía que es su objetivo, el escollo para Maduro es la legitimidad de su poder, confrontar a una comunidad internacional democrática que vive bajo la lógica institucional de la democracia.
La verdad es que si hoy lunes el CNE de Maduro no deja que la oposición inscriba a Corina Yoris como sustituta de María Corina, el camino de Maduro se va a complicar mucho más de lo que ya está, el problema para Maduro es que todas las encuestas lo ubican en el sótano y María Corina tiene la calle y el apoyo internacional de su lado y lo que es más importante es que ha demostrado que está dos pasos adelante de Maduro que no ha podido sacarla de su lógica estratégica de no salirse de la ruta electoral y no abandonar a la gente que la percibe y la asume como la líder del cambio en Venezuela.