Recientemente, es desconocimiento de títulos y escalas para los ascensos en los cargos docentes no universitarios, piden más sacrificios por la patria y “compromiso ante la labor”. ¿Que más pretenden exigirle a maestros y profesores? ¿Cuánto más pueden dar quienes han expuesto su vida y la de su familia permanentemente por su profesión? Se exceden en mucho los del régimen. Exprimiendo sudor de quienes hasta sudar les cuesta.
Lo he dicho antes: ni eso se puede llamar trabajo con esos sueldos y esa desprotección social, a la vez que constituye un apoyo inmerecido a quienes malamente siguen detentando el poder. Demasiado hacen maestros y profesores de cualquier nivel entregando parte sustancial de ellos y los suyos sin reconocimiento alguno por su labor y teniendo que ejercer otros trabajos, a veces tan distanciados de su formación y sus deseos para la sobrevivencia de todos en casa.
El régimen llegó a unos acuerdos incumplidos en el Foro de Diálogo Social propiciado por la Organización Internacional del Trabajo en reuniones tripartitas. Lo suspendió en diciembre pasado sin dar cuenta de las razones. Pero sabemos lo que les importa el compromiso internacional adquirido en ese Foro y en los convenios que viola con denodada frecuencia.
La amenaza de más sanciones prontas por otros incumplimientos políticos internacionales también se cierne sobre las posibilidades de un reconocimiento económico a los trabajadores en Venezuela. El régimen muestra así, nuevamente, profundiza, su desprecio olímpico a quienes trabajan o han trabajado o son pensionados. Todo esto, extrañamente en época electoral.
Es obvio que los trabajadores del país no respaldamos el accionar de quienes desde Miraflores y sus adyacencias han sido crueles además con quienes ejercen sus actividades en espera de una retribución para vivir. El trabajo les importa un bledo, incluso para lo electoral. Así que la zurra en la votación por parte de los trabajadores contra los rojos debe ser monumental. Pero ellos creen que ya ganaron en la mesa. Queda demostrar que no es así y abrir las puertas hacia la definitiva transición que eleve la consideración hacia los trabajadores y sus familias en atención a la Constitución, las leyes y los Derechos Humanos.