Otras 800 casas resultaron inundadas en la ciudad rusa de Oremburgo, capital de la homónima región, debido a las crecidas del río Ural, cuyo nivel del agua aumentó en casi 50 centímetros durante las últimas 24 horas, hasta alcanzar los 1.183 centímetros.
“En un día se inundaron unos 1.800 terrenos y unas 800 viviendas”, según informaron hoy las autoridades locales, citadas por la agencia TASS.
En total, en la ciudad han resultado anegados unos 8.000 terrenos y más de 3.000 viviendas.
En la última jornada, la crecida del río Ural obligó a evacuar también a los vecinos del barrio residencial Grand Park, ubicado cerca del centro de la urbe.
Ayer las autoridades de Oremburgo ordenaron la evacuación masiva de varios barrios afectados por las inundaciones, principalmente en el sur de la ciudad.
“¡Evacuarse con urgencia! Lleven documentos, medicinas, productos de primera necesidad y abandonen con celeridad sus casas. La situación es crítica, no pierdan el tiempo”, escribió Serguéi Salmin, alcalde de Oremburgo, en Telegram.
El desastre natural estalló a finales de la semana pasada tras la ruptura de un dique en el curso del Ural que llevó a la inundación de miles de viviendas en la localidad de Orsk, una ciudad de la región de Oremburgo con casi 200.000 habitantes.
Las autoridades locales reconocen que la presa, que fue inaugurada en 2014, se construyó para afrontar niveles de agua de 5,5 metros y no los casi 10 actuales.
Al respecto, el ministro de Construcción, Irek Faizulin, admitió hoy que el dique afectado no es ninguna presa, “sino un terraplén”, y denunció que dicha construcción de diez kilómetros no pudo costar, en ningún caso, mil millones de rublos (unos 10 millones de euros).
Cientos de afectados por el desastre protagonizaron el lunes una protesta en la región de Oremburgo contra la inacción oficial tras las mayores inundaciones en décadas.
Mientras, el Comité de Instrucción de Rusia incoó dos casos penales por violación de reglas de seguridad y por negligencia a raíz de desastre que ha afectado ya a decenas de miles de personas.
EFE