Juicios memorables en la historia de Estados Unidos han existido muchos. Pero pocos habían despertado tanto interés como el que está a punto de comenzar este lunes en una corte de Nueva York donde el expresidente Donald Trump fue acusado de falsificar los récord contables de su empresa para ocultar sus supuestas relaciones extramatrimoniales con Stormy Daniels, una actriz de cine porno y conejita de la revista Playboy.
Por El Tiempo
Y las razones sobran. De entrada, es la primera vez que un exmandatario de Estados Unidos se sentará en el banquillo de los acusados dentro de un proceso criminal que incluye la cárcel como posible sentencia. Pero, más aún, porque involucra a una persona que ha sido seleccionada por su partido – el republicano- como candidato para las próximas elecciones y que bien podría ser el próximo mandatario de EE. UU. a partir de enero del año entrante.
Para añadir, y este es un ángulo más bien local, el juez encargado del proceso -y del cual depende en buena parta la suerte de Trump-, es Juan Merchán, un colombiano nacido en Bogotá que emigró Estados Unidos siendo muy joven.
El juicio, que podría durar ocho semanas o más, arrancará con la selección de las 12 personas que integrarán el jurado, todos residentes del estado de Nueva York. Un proceso rutinario de la justicia estadounidense, pero que en este caso resulta inmensamente complejo.
“Encontrar a 12 personas que no tengan conflictos de interés y que puedan ser imparciales frente a alguien tan conocido y polémico como Trump es toda una pesadilla”, afirma Margaret Bull, experta en justicia criminal del John Jay College.
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