En una conversación reveladora con Attitude Magazine, Sam Altman, CEO de OpenAI y figura prominente del ámbito tecnológico, desgrana su evolución desde ser un niño prodigio de la tecnología hasta convertirse en un líder visionario en la vanguardia de la inteligencia artificial.
Opy Morales
Con su perfil de líder abiertamente gay, Altman no solo ha influenciado el desarrollo tecnológico sino que también ha marcado un hito en la representación LGBTQ+ en las altas esferas de la tecnología.
Desde su más temprana infancia, Altman mostró un interés innato por la tecnología. “Nunca recuerdo no estar interesado en la tecnología,” confiesa, recordando cómo los primeros contactos con una computadora moldearon decisivamente su juventud.
Este interés, lejos de ser una mera afición, se convirtió en el eje de su crecimiento personal y profesional. Aunque inicialmente aspiraba a ser ingeniero, su curiosidad lo llevó a explorar el ámbito empresarial durante su etapa universitaria.
“Fue algo inesperado”, admite al describir su primer encuentro con el mundo de las startups y su participación en Y Combinator, el incubador que sería el trampolín para su carrera en la tecnología.
Al reflexionar sobre sus años formativos, Altman no solo comparte sus logros académicos y sus primeros pasos en el ámbito empresarial, sino que también ofrece una ventana a su vida personal, matizada por la típica angustia adolescente y largas noches frente al ordenador.
“Mis recuerdos de los mejores viernes por la noche son cuando me quedaba toda la noche haciendo cosas en la computadora y aprendiendo sobre esta nueva cosa llamada internet”, relata con una mezcla de nostalgia y asombro por el camino recorrido.
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