Los cambios de forma son importantes, no tienen que ser decorativos. Pero los cambios de fondo son esenciales. No pueden ser decorativos, porque entonces no serían cambios de fondo.
Se necesita un abanico de cambios de fondo que sustenten la reconstrucción integral del país. Más allá de nombres, de cuadros, de acuerdos de hora undécima, lo verdaderamente necesario es la conciencia sobre los cambios de fondo, sin los cuales nos quedaremos en el fondo del continuismo, unos personajes más interesados que otros. Y la gran mayoría tratando de sobrevivir.
Esa conciencia no parece estar madura, a pesar de un cuarto de siglo de despotismo y depredación. ¿Por qué? Acaso la resignación, acaso la saturación, acaso la complicidad, acaso la pérdida de esperanza que expresa, por ejemplo, la masiva emigración.
Acaso por una mezcla de éstos y otros elementos. No se puede asegurar con certeza. En cambio sí es evidente que la hegemonía está decidida a mantener el control del poder, sin otra consideración que seguir en él.
Cambios de fondo se necesitan y mientras más pronto mejor. Pero hay que darse cuenta de ello, y mientras más pronto mejor.