En la historia de la humanidad el peor enemigo del hombre ha sido el hombre, no ha habido catástrofe natural que haya causado tanta calamidad y daño como el que nos hemos causado los hombres a nosotros mismos y en Venezuela el peor enemigo del venezolano y de lo venezolano ha sido sin lugar a duda LA PESTE CHAVISTA, liderada por el asesino en serie Hugo Chávez Frías.
INFIERNO, obra intimista, sensible y muy dolorosa muestra lo que fue para mí realizar la serie de documentales que exhibe la brutalidad y violencia criminal vivida por los venezolanos bajo el yugo mortal del socialismo chavista del siglo XXI. Efectivamente, su creación fue infernal, sufrí insomnio, durante meses permanecieron en mi mente los gritos de las madres en sufrimiento, sus llantos, la voz de niños pidiendo auxilio y compasión, las imágenes desalmadas de los recién nacidos colocados en cajas de cartón, los gritos de los torturados, los enfermos, los inmigrantes, los rostros de pánico de los presos, la sangre derramada de los asesinados, el estruendo de los disparos, la voz de Chávez y Maduro como leitmotiv amenazando, insultando, persiguiendo o ejecutando crímenes atroces, las bestiales golpizas contra venezolanos inocentes, los niños asesinados en las calles, los tanques de guerra aplastando jóvenes, las caras despedazadas alcanzadas por las balas chavistas en sus rostros, verlos caer exangües en las calles, repasarlo una y otra vez, editar, corregir, volver a ver, y así durante meses, fue aterrador. En momentos, lo confieso, sentía que podía enloquecer, sentí pánico, asfixia, taquicardias, hondísimas tristezas. Fue arduo y duro, muy duro.
Todavía veo algunos de sus capítulos y me retrotraigo al horror que fue crear y producir esta calamidad aún viviente.
De no ser por la comprensión y consuelo de mi esposa Ana Carlota, quien con muchísima paciencia me permitía recostarme sobre vientre por horas, que asistía a mi estudio cada cierto tiempo para ver cómo iba, si necesitaba algo, no sé qué habría sido de mí en su realización. Sobreviví.
Y hoy puedo señalar que ahí está el trabajo, el compendio de dolor y angustia venezolanos en diecisiete minutos demoníacos, trazados los diferentes infiernos venezolanos, como en el infierno de Dante, hasta el colapso. También me serví de la memoria trágica de la puerta del Infierno de Rodin, obra que siempre me impresionó porque “petrifica” “mineraliza” el pánico, lo agolpa en una puerta de bronce que en Venezuela encarna en personas, seres de carne y hueso, a veces adultos, otras veces niños. Son la estética de la desesperación.
Sé que lo hice no para “este tiempo” sino para “el tiempo”, sin embargo, es vital que lo veamos aquí y ahora con atención y fortaleza para no olvidar el sadismo chavista ni sus crímenes, que no pueden quedar impunes. La justicia, la cárcel, la pena máxima son el único perdón para estos criminales. El único.
Nota: mañana domingo 12 de mayo no te pierdas INFIERNO por el canal de YouTube CHAVISMOLAPESTE
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