El presidente estadounidense Joe Biden enfrenta numerosos desafíos en política exterior y, según una columna de opinión en Foreign Affairs escrita por la analista Sue Mi Terry, es probable que enfrente otro problema más al acercarse las elecciones de noviembre: potenciales provocaciones por parte de Corea del Norte.
La autora destaca que “Corea del Norte tiene un historial de comportarse de manera provocativa durante las elecciones de EE.UU.”, y cita un estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales indica que “Pyongyang realiza más de cuatro veces más pruebas de armas en años electorales que en otros años”.
El 10 de enero, el líder norcoreano Kim Jong Un declaró a Corea del Sur como un estado enemigo, terminando cualquier diálogo sobre una reunificación pacífica y preparando el terreno para más hostilidades. Según Mi Terry, “cualquier arrebato podría superar lo que se ha visto antes”. La aceptación de Kim por parte de Beijing y Moscú le permite actuar con una nueva impunidad. “Después de décadas de trabajar con Washington para controlar a Kim y restringir su programa nuclear, Beijing y Moscú han decidido abrazar al líder de Corea del Norte”, escribe la autora.
Mi Terry sugiere que las provocaciones de Corea del Norte podrían incluir ciberataques a instituciones gubernamentales, de defensa, telecomunicaciones y financieras. También es posible que la dictadura pruebe su misil intercontinental de combustible sólido Hwasong-18, con la esperanza de mejorar su fiabilidad. Además, podría detonar un arma nuclear táctica, diseñada para el campo de batalla.
En un escenario más extremo, Corea del Norte podría llevar a cabo un ataque militar limitado contra Corea del Sur, similar a incidentes anteriores como el hundimiento de un buque naval surcoreano y el bombardeo de la isla de Yeonpyeong en 2010. Según el artículo, esto podría salirse rápidamente de control debido a la postura agresiva del presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, quien ha prometido responder contundentemente a cualquier ataque norcoreano.
Yoon podría violar el espacio aéreo norcoreano con drones no tripulados o contraatacar alcanzando una de las numerosas posiciones de artillería de Corea del Norte a lo largo de la frontera. Mi Terry advierte: “Si Yoon responde como lo ha prometido, la península podría rápidamente verse envuelta en un conflicto que nadie desea, especialmente EE.UU.”. Como aliado bajo tratado, Washington estaría obligada a defender Seúl. Para evitar ser arrastrado a una guerra con un estado rebelde con armas nucleares, la administración Biden debe “intensificar los esfuerzos para disuadir a Corea del Norte”.
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