La inauguración de un puente militar sobre el río Cuyuní, justo encima de la frontera que separa a Venezuela del territorio del Esequibo, es el último episodio de una escalada que no cesa entre los gobiernos de Caracas y Georgetown. Maniobras militares, sobrevuelos de F-18, supuestas bases de la CIA y declaraciones altisonantes decoran un escenario de tensión que a su vez acecha las elecciones presidenciales del 28 de julio.
DANIEL LOZANO
Disidentes chavistas, opositores y expertos han alertado de lo que creen que es el plan B de Nicolás Maduro ante la contundente derrota que establecen las encuestas independientes del país: la suspensión de las elecciones tras declararse el estado de excepción por el conflicto del Esequibo, territorio millonario en petróleo y gas administrado por Guyana y que está bajo litigio entre ambos países.
Pese a que sólo es conocido por el 55% de los encuestados, el candidato unitario de la oposición democrática, Edmundo González Urrutia, cosecha hoy el 60% de los apoyos frente al 20% de Maduro.
«A medida que aumentan los desafíos internos al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, éste ha redoblado su estrategia de contundencia contra Guyana, que está llena de riesgos de escalada y potencial de errores de cálculo. Desde el 9 de febrero, Maduro ha ordenado al ejército venezolano desplegar armas y equipos y aumentar su estado de preparación a las puertas de Guyana», advirtió esta semana el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), que tituló su informe «La olla a presión del Esequibo, nacionalismo descontrolado y la estrategia de Maduro».
El gobierno bolivariano decidió «anexionarse» el territorio en disputa, bautizado como Guayana Esequiba y convertirlo en el estado número 24 del país petrolero. Nombró una capital y un administrador provisional y cambió el mapa del país, pero no avanzó sobre el territorio en litigio. Guyana, que fue uno de los países más pobres del continente hasta dar inicio al milagro petrolero del Esequibo, cuenta con Estados Unidos y Gran Bretaña como aliados, además del apoyo firme de la Comunidad del Caribe (Caricom).
«El imperio busca imponer un pelucón (oligarca) para entregar la Guayana Esequiba a EEUU. Quitar a Maduro, que defiende los derechos, para poner a un Milei, a un títere», arengó el propio Maduro para vincular las elecciones con la disputa territorial.
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