Maya Siek, una niña británica de seis años, comenzó a sentirse mal a fines de diciembre de 2022, por lo cual su mamá, Magda Wisniewska, la llevó a un hospital ubicado en Margate, una localidad del condado de Kent en Reino Unido.
Por: TN
Ahí, le dijeron que el malestar se debía a una posible amigdalitis y le recetaron unos antibióticos. A pesar de que la madre insistió con que la niña se encontraba en un estado grave, le dieron el alta, la mandaron a su casa e intentaron tranquilizarla diciéndole que “no era nada”.
Cuando ambas volvieron a su casa, la niña se desmayó y tuvieron que volver de urgencia al centro de salud. Ahí, le hicieron una serie de estudios, aunque el posible diagnóstico seguía siendo el mismo. En esta ocasión, la advertencia era otra: si los síntomas persistían, tenía que volver.
Durante esa noche, Maya empeoró notablemente y su mamá la llevó rápidamente al mismo hospital, pero ya era demasiado tarde debido a que le dijeron que estaba sufriendo una sepsis, una reacción extrema del cuerpo a una infección. En pocas horas, y pese a los intentos por salvarla, la menor sufrió un paro cardíaco y murió.
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