La ONU advirtió el jueves del “riesgo significativo de brotes de enfermedades” entre los supervivientes del mortífero desprendimiento de tierra en Papúa Nueva Guinea y señaló que no disponen de suficiente comida y agua potable.
Seis días después de que una comunidad entera en una remota zona montañosa del país quedara sepultada bajo un alud de tierra y rocas, la agencia de migración de la ONU alertó que las fuentes hídricas se habían contaminado.
“Los arroyos que fluyen por los escombros están ahora contaminados y generan un riesgo significativo de brotes de enfermedades”, dijo la agencia en un informe.
“No se están empleando métodos de tratamiento del agua para que sea segura para beber”, señaló la agencia, avisando del peligro de contraer malaria o sufrir diarreas para los supervivientes.
El deslave cortó también la carretera de acceso a esta zona, que todavía no ha sido despejada, lo cual dificultó la llegada de equipos de rescate y emergencia.
Conseguir agua potable, pastillas de purificación y suministros de comida son las principales prioridades enumeradas por la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
Desde el desprendimiento de tierra del pasado 24 de mayo, los supervivientes de las aldeas de Yambeli y Lapak han estado cavando con sus propias manos en busca de familiares.
Los testigos aseguran que el hedor de los cuerpos inertes se ha hecho insoportable.
Las autoridades locales señalaron que se han recuperado entre seis y once cadáveres.
El balance oficial puede crecer exponencialmente cuando llegue maquinaria pesada para excavar en la zona del desastre, que se extiende por 90.000 metros cuadrados.
El gobierno del país estimó que el alud había sepultado a unas 2.000 personas, pero expertos de análisis de imágenes satelitales, diplomáticos, profesionales de emergencia y autoridades locales consideran que es una cifra exagerada.
El experto en desprendimientos de tierra de la Universidad de Hull, David Petley, dijo que “este es el tipo de pérdidas de vidas que verías en una ciudad con un alud de este tamaño”.
“Las imágenes previas no respaldan la idea de que hubiera allí tanta concentración de gente”, apuntó.
El administrador provincial Sandis Tsaka dijo el jueves a la AFP que el número de muertos probablemente era de “cientos” en vez de miles.
AFP