El papa Francisco citó este lunes a los teólogos españoles del siglo XVI como un ejemplo de lo que se puede hacer para lograr un comercio “ético” en una audiencia con los participantes de los ‘Diálogos para unas finanzas integralmente sostenibles’, una iniciativa que mezcla “finanzas, humanismo y religión”.
“En el llamado siglo de oro, el siglo XVI, en España el comercio de la lana era un mercado floreciente que movía grandes capitales económicos. Los teólogos, los españoles de entonces comenzaron a disertar sobre ese tipo de comercio y dieron evaluaciones éticas que mutaron con el cambio del contexto histórico”, dijo Francisco.
El pontífice comenzó su discurso agradeciendo a los participantes “el trabajo llevado a cabo durante estos dos años para iniciar un diálogo entre finanzas, humanismo y religión” y que se inició “con exponentes del sistema financiero italiano”, de cuya historia destacó los ‘Montes de Piedad’.
Estas instituciones sin ánimo de lucro surgidas a mediados del siglo XV “fueron un gran estímulo para ayudar a los más pobres sin caer en la lógica asistencialista, y favorecieron los préstamos para que las personas puedan trabajar y, a través de la propia actividad, recuperar la justa dignidad”.
El papa también destacó que los participantes en los ‘Diálogos’ se han fijado como objetivo principal “razonar con la cúpula de las finanzas mundiales sobre la posibilidad de que el compromiso de ‘hacer-bien’ y ‘hacer-el-bien’ puedan ir de la mano”.
“En otras palabras, os habéis dado una noble tarea: eficacia y eficiencia con sostenibilidad integral, inclusión y ética”, para lo cual hay que “ser capaces de observar el funcionamiento de las finanzas, para denunciar las debilidades e imaginar medidas correctoras concretas”.
Y fue entonces cuando el papa puso como ejemplo el Siglo de Oro en España y las “evaluaciones éticas” de los teólogos españoles “de entonces” que “cambiaron el contexto histórico”.
“De hecho, la guerra en Flandes hizo que quienes trabajaban directamente en la ganadería y el esquilado ya no recibieran remuneración adaptada a su trabajo, y entonces ellos denunciaron ese sistema financiero mostrando sus puntos débiles y exigiendo mayor equidad”, dijo.
“Los teólogos españoles pudieron intervenir porque sabían ese proceso de trabajo, y por lo tanto no se limitaron a decir: ‘hay que buscar el bien común’, sino explicaron lo que estaba mal y pidieron acciones concretas de cambio”, añadió.
Y en ese contexto, instó a los participantes en la audiencia a asumir su “gran responsabilidad”, pues “depende de vosotros entender cómo hacer que la desigualdad disminuya” y pidió que su “trabajo hecho en Milán” se extienda a los centros financieros” para “promover un modelo de diálogo que se difunda y genere un cambio de paradigma” pues el “tecnocrático sigue siendo dominante”.
“Estoy de acuerdo en que es necesario no perder nunca de vista lo concreto, porque está en juego la suerte de los más pobres, de las personas que luchan por encontrar los medios para una vida digna”, dijo, destacando que “el diálogo es siempre el mejor camino, también para mejorar la casa común”. EFE