Más de 100 personas, entre las que se cuentan jubilados y familias con niños pequeños, recibieron la notificación de su inminente desalojo del Palm Lakes Mobile Home Park, una comunidad situada en el noroeste de Miami-Dade, Florida, en la que hasta este momento vivían tranquilamente con sus casas móviles. El conflicto surge tras el pedido del propietario del predio, que requirió a los residentes mudarse antes del 22 de julio de manera voluntaria, para que no tenga que intervenir la Justicia en el conflicto.
Por La Nación
El argumento que figura en la demanda afirma que, al habitar el predio, cambia la composición natural del suelo del parque de casas móviles. Además, los demandantes alegan que no pueden proporcionar servicios esenciales básicos para vivir, como son la recolección de basura y un correcto suministro de agua potable.
Al parecer, el objetivo es vender la propiedad y reurbanizarla con nuevas unidades, sin mantener a sus actuales residentes. Esta decisión pone en peligro a 122 casas móviles, cuyos propietarios ahora enfrentan la incertidumbre de encontrar un nuevo lugar para vivir.
Según publicó Cuba Herald, los residentes también recibieron el aviso de que el desalojo es producto de las regulaciones de seguridad contra incendios y problemas con la conectividad de alcantarillado. A su vez, el propietario habría ofrecido una compensación de 1500 dólares a cada residente, para poder enfrentar los costos de reubicación.
Las protestas de los residentes de Palm Lakes Mobile Home Park
El pasado 4 de junio, decenas de familias se congregaron en la puerta del parque de casas móviles de Miami-Dade para reclamar que se frenara el desalojo que tiene fecha para el día 22 de julio. Llevaron carteles y pancartas con la consigna “Aquí estamos y no nos vamos” e hicieron una conferencia de prensa en la que detallaron la situación que están atravesando.
Milka Jiménez es una de las personas afectadas por esta medida. La mujer vive en Palm Lakes Mobile Home Park y considera a este su hogar y su comunidad. En una entrevista con CBS News aseguró: “No es justo haber pagado el alquiler y vivir aquí durante tantos años y que ahora todos debamos ser desplazados”. Además, la vecina detalló que intentaron llamar por teléfono repetidas veces al propietario, pero que fue imposible desde que recibieron la notificación de desalojo.
Lea más en La Nación