Los cada día más avanzados chips –microprocesadores– producidos en un 80% en el continente asiático, permitirán incorporar a nuestros dispositivos una Unidad de Procesamiento Neuronal de hasta 50 millardos de operaciones por segundo, la capacidad necesaria para ejecutar las cargas de trabajo de la IA. Se trata de un avance que hace palidecer lo logrado cuando pasamos de celulares limitados a llamadas telefónicas y mensajes al prolífico y esencial smartphone de hoy.
En los nuevos dispositivos personales el verbo será un medio de comunicación y de diálogo. El ratón y el teclado sobrevivirán, pero nuestra voz abrirá un campo infinito de posibilidades para aprovechar la asombrosa capacidad de procesamiento de la IA incorporada.
Los PCs inteligentes recogerán con memoria fotográfica toda la actividad del dispositivo que podrá ser recuperada con un simple comando de voz. Proveerán la subtitulación inmediata de audios en más de 40 idiomas. Colaborarán en tarea complejas, como diagnósticos médicos o diseños en todas sus formas, aprenderán las preferencias de cada miembro de la familia, habrá identificación facial, las pantallas se abrirán o bloquearán ante la presencia o no de su usuario, anticiparán tareas, organizarán nuestros oficios, nuestros hábitos…
En fin, no luce tan remoto el momento en que el computador inteligente sea también un cercano confidente de nuestras inquietudes más íntimas.