Ante las elecciones en Venezuela y la estrategia de la Casa Blanca de simplemente presionar para que sean libres, un grupo de senadores de ambos partidos, demócrata y republicano, ya se moviliza con la convicción de que Nicolás Maduro no va a abandonar el poder de ningún modo. Estos esgrimen el aumento de la persecución de la sociedad civil y los activistas políticos en Venezuela, citando la continua persecución de María Corina Machado, el arresto de miembros de su campaña, la negativa a ofrecer paso seguro a opositores refugiados en la embajada argentina, y los informes de tortura a prisioneros políticos.
DAVID ALANDETE
Estos senadores norteamericanos han hecho un llamamiento urgente para el cierre de las prisiones políticas y la liberación de todos los presos políticos, y han pedido a la Administración Biden que imponga sanciones individuales a los funcionarios responsables de estas violaciones. «Estas acciones socavan directamente las condiciones requeridas para una elección presidencial libre y justa», dijeron los legisladores en una comunicación oficial. «Condenamos enérgicamente este peligroso ambiente de intimidación, que erosiona la credibilidad del proceso electoral en curso, dejándonos con pocas dudas de que las elecciones del 28 de julio no cumplirán con las condiciones para ser libres, justas ni democráticas».
Estas peticiones son relevantes porque no proceden sólo del Partido Republicano. A los senadores republicanos Marco Rubio, de Florida, y Bill Cassidy, de Luisiana, se les ha unido el demócrata Ben Cardin, de Maryland, aliado de la Administración Biden. Supone esta postura una reprobación de la estrategia del equipo de Biden de haber tratado de convencer al régimen de que permitiera unas elecciones libres permitiendo la excarcelación del supuesto testaferro del dictador Maduro, el empresario colombiano Alex Saab. Tras la entrega de este a Venezuela, el régimen chavista ratificó la inhabilitación de Machado y detuvo a otros opositores.
La oposición se ha unido en torno a otro candidato, Edmundo González. Otros socios de Maduro, en especial los gobiernos de Brasil y Colombia, han instado al dictador a que acepte los resultados. El presidente colombiano, Gustavo Petro, hasta ha planteado a Maduro que se celebre un referendo sobre cómo los ganadores y perdedores de las elecciones deben aceptar el resultado.
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