Los más altos voceros del régimen sin escrúpulos, incluyendo su candidato, andan esgrimiendo la necesidad de la firma de un acuerdo que permita, antes de la realización de las elecciones, reconocer los resultados. Algo así como la prueba del ADN sin que se haya siquiera gestado el muchacho.
¿Infantilismo? No. No dan puntada sin dedal, según el dicho relativo a las viejas costureras. Sencillamente juegan su posición adelantada. Advierten a la oposición al país y al mundo el sentido de su jugarreta. Han hecho sus cálculos. Sus marramucias entre los votantes también las han hecho. Por ejemplo, a un vecino mío lo pusieron a votar en Santa Lucia. Deshicieron mesas y otros detalles significativos.
Más allá de eso, se desvela su anhelo por la trampa. Razón por la cual no quieren ni que se asome por estos predios la quisquillosa, para ellos, comisión de veedores de la Unión Europea. Mucho menos después de la ristra de reclamaciones emitidas por la comisión anterior de esa entidad internacional e incumplidas aún por el régimen y sus lacayos en el poder. Comenzando por el ventajismo comunicacional y económico.
Se lució una vez más nuestro candidato Edmundo González Urrutia, mandándolos elegantemente al carajo ante la propuesta de ese acuerdo. Porque, como bien dijo el candidato de nuestra unidad, incumpleron plenamente el Acuerdo de Barbados, a pesar de que estaba firmado y sellado, con testigos. Así como incumplen pactos nacionales e internacionales, como los de los trabajadores, convenciones colectivas o convenios de la OIT y muchos otros, como la oferta aquella de un bono para los jubilados. En fin, se sabe que carecen de palabra escrita o pronunciada. Son malandros en el poder.
De allí empalmo con otro dicho: guerra avisada no mata soldado sino por descuidado. Si la oposición se descuida, luego de los anuncios directos o indirectos del régimen, no habrá Santa Lucía ni siquiera para mí amigo-vecino votante. Si el régimen pide respetar los resultados como sea, sin haberse producido la votación, los hechos y sus efectos es porque está moviendo las piezas tenebrosas que lo caracterizan. La oposición debería marcar desde ya todos esos hechos y calibrar las acciones en consecuencia. Otra frustración luego de la gesta de la Plataforma Unitaria Democrática y de Edmundo y su inmensa cantidad de aliados, no sería fácilmente soportable. Ah pues.