Lech Walesa nació en el año 1943 en Polonia, país que padeció los dos sanguinarios totalitarismos del siglo XX: primero el Nazismo y después el Comunismo.
Alrededor de 1960 estudió metalurgia, especializándose como electricista industrial.
Entró como obrero en los astilleros Lenin de la ciudad de Gdansk en 1967. Trabajaba como electricista cuando iniciaría el desarrollo de su innato potencial de líder: sus compañeros lo seleccionaron como su representante en el Consejo de la empresa estatal.
Saltaría al estrellato con 27 años, pues en 1970 fue el Presidente del Comité de Huelga de los astilleros. Las protestas debidas a la creciente alza del costo de la vida fueron aplastadas por el régimen comunista de Edward Gierek (jefe del Partido Unificado Obrero de Polonia) y, en consecuencia, Walesa fue despedido.
Continuó su línea política aliándose a conocidos intelectuales independientes (J. Kuron, etc) y a algunos embriones de Sindicatos Libres.
1980: AUMENTAN LAS HUELGAS Y SE DISPARA LA POPULARIDAD DE WALESA
El descontento afloró de nuevo aumentando las huelgas en el país entero, al igual que la popularidad de Walesa. Su indetenible liderazgo llevó a que, tras la impactante huelga en los astilleros, fuera reenganchado en la empresa.
Pero el ”nuevo” Walesa tenía en mente otra estrategia: que el régimen comunista aceptara REIVINDICACIONES NO
ECONÓMICAS.
Así logró que el régimen aceptara la libertad de expresión, la libertad sindical y el derecho a huelgas.
Fue electo Presidente del Sindicato Autónomo e Independiente SOLIDARIDAD, al cual en 1981 se afiliaron 10 millones de los 12 millones de trabajadores de su amada Polonia.
JUAN PABLO II, WALESA Y LA URSS
En 1981 el católico Walesa salió por primera vez al exterior y se entrevistó con su compatriota el Papa Juan Pablo II.
Una alianza poderosa dada la militancia católica del pueblo polaco.
Ambos sabían que el terreno hacia la libertad de su patria estaba minado, pues la amenaza de intervención soviética sobrevolaba Polonia.
Esto llevó a Walesa a andar con pie de plomo con sus demandas ante el régimen, lo cual no fue aceptado como antes por sus seguidores. Así, en el II Congreso de Solidaridad en 1981 fue reelecto tan sólo con el 55% de los votos de los agremiados.
LLEGADA DE GORBACHOV A LA URSS
Sin duda que el cambio de liderazgo en la URSS dio aliento a Walesa y compañía. El jefe militar polaco, Jaruzelski, fue dejando correr los acontecimientos.
El primero de mayo de 1988 regresó Walesa al estrellato con las huelgas y se retomaron las negociaciones con el régimen suspendidas desde 1981.
Aprobado el principio de pluralismo político, el 5 de junio se realizaron elecciones semidemocráticas acordadas entre Jaruzelski y Waleza. Solidaridad obtuvo los 100 senadores y 35% de los diputados (el régimen se reservó el resto).
1990: WALEZA PRESIDENTE
En abril de 1990, Walesa fue reelecto presidente de Solidaridad con 77,1% de los votos. Y el 17 de septiembre lanzó su candidatura para unas futuras elecciones presidenciales.
Éstas se realizaron el 25 de noviembre y Walesa obtuvo el primer lugar con 39,9%. En la segunda vuelta barrió con 74,2,%.
LA DEMOCRACIA DEL PROLETARIADO EN POLONIA
Walesa fue el candidato de la clase obrera polaca, lo que los comunistas y socialistas llaman “proletariado”, quien gobernaría en un régimen llamado “Dictadura del proletariado”.
No deja de ser una inesperada sorpresa histórica que un líder sindical llegara al poder como Presidente de la República, con el voto obrero en elecciones nacionales.
En Polonia se instaló por vez primera lo que con razón llamaríamos una DEMOCRACIA DEL PROLETARIADO.