El Ministerio de Cultura colombiano aclaró este miércoles que el sombrero del exjefe guerrillero Carlos Pizarro, asesinado en 1990 y último comandante del Movimiento 19 de Abril (M-19), no fue reconocido como “bien de interés cultural”, sino que es un bien “protegido”.
El anuncio el martes del Gobierno colombiano que reconocía el sombrero como patrimonio cultural levantó críticas y polémica en algunos sectores de Colombia.
“En relación con la reciente distinción otorgada al sombrero de Carlos Pizarro es importante aclarar que dicho reconocimiento no constituye una declaratoria de bien de interés cultural”, indicó el Ministerio en un comunicado.
En este caso, esta declaratoria “es un acto administrativo en el cual la autoridad competente determina que un bien queda protegido por el Régimen Especial de Protección, conforme a lo establecido en la Ley 1185 de 2008 y los decretos reglamentarios 1080 de 2015 y 2358 de 2019”.
“El reconocimiento del sombrero de Carlos Pizarro se basa en su valor simbólico como representación de la paz y objeto de memoria, y no en su inclusión en el mencionado régimen de protección cultural”, agregó la cartera.
Este sombrero fue el que utilizó Pizarro durante la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y el M-19, hecho ocurrido el 8 de marzo de 1990 en el convulso departamento del Cauca (suroeste).
La pieza tiene 35,5 centímetros de largo, 30 centímetros de ancho y 8,5 centímetros de alto, y fue tejida en fibras naturales y sintéticas con soporte interno. Cuenta con tafilete en cuero café y es de color beige con una cinta exterior negra.
Pizarro había tomado un avión de Avianca con destino a Barranquilla donde el 26 de abril de 1990 haría campaña como candidato presidencial, pero poco después del despegue el sicario se levantó de su silla y le disparó varias veces en la cabeza, tal como él había advertido horas antes a sus más allegados que sucedería.
De buena oratoria y con sólida formación intelectual, Pizarro fue el cuarto comandante del M-19, puesto al que ascendió en 1986 tras la muerte del fundador Jaime Bateman Cayón (1984) y de quienes lo siguieron, Iván Marino Ospina (1985) y Álvaro Fayad (1986).
EFE