Por las pampas inmensas del Guárico pasó el huracán que viene creciendo en Venezuela. Y parece no detenerse hasta lograr su cometido.
Corresponsalía lapatilla.com
Desde el año 1998 hasta la actualidad, Guárico ha sido administrado por gobernadores afectos al chavismo. Más de 25 años han mandado, pero este miércoles 19 y jueves 20 de junio, quedó demostrado en casi toda entidad que la gente quiere un cambio político.
Solamente eran Altagracia de Orituco, Las Mercedes del Llano, El Socorro, Zaraza y Ortiz las zonas a visitar por María Corina Machado. Pero esos pueblos se quedaron pequeños con la demostración de amor, valentía y esperanza que manifestó la mayoría de los guariqueños y que se extendió a otras poblaciones como Valle de la Pascua, El Sombrero, Los Dos Caminos o San Juan de los Morros.
Y sin autobuses
“La mujer de hierro”, “la próxima libertadora”, “ni Capriles en su ‘prime’ lo vi mover tanta gente”, fueron algunas de las palabras de los ciudadanos que vieron pasar por los caminos polvorientos de Guárico a la líder de la oposición, que desde hace años impulsa una lucha por el cambio político en el país y que se ha ganado a pulso el respeto de miles de personas, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Sin los grandes recursos que puedan ostentar otros o sin la gran maquinaria mediática del candidato oficialista Nicolás Maduro, salen niños, jóvenes, mujeres y hasta abuelos a congregarse para saludarla en un caserío, en una avenida, en una calle o en un puente, porque han depositado su confianza en María Corina para comenzar a transitar un mejor porvenir.
De norte a sur, de este a oeste, con la multitud en las calles se evidencia que Guárico perdió el miedo. Los llaneros ya no quieren que su estado se tiña de rojo en las venideras elecciones presidenciales.
Quieren migrar a otro color. El de la esperanza, el de la paz, el de la unión, del crecimiento, del desarrollo. Y por los vientos que soplan, así lo van a decidir en las urnas el próximo 28 de julio, mientras otros tiemblan y ven con incertidumbre porque “no hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo resista”.
Hasta los motorizados en sus “caballos de hierro” recorrieron kilómetros y kilómetros, gastando la gasolina que de seguro se les hace difícil conseguir, sumándose a la avalancha de gente, escoltando a María Corina y a los demás líderes nacionales y municipales que la acompañaron en esta travesía.
Árboles en las vías, marchas paralelas, plantas desconectadas, alcabalas, cortes de energía eléctrica y amedrentamiento de los cuerpos de seguridad del Estado, fueron algunos de los obstáculos que la líder opositora y su equipo de trabajo lograron superar para llevar su mensaje de esperanza y confianza.
Aquí las casas no están muertas. Al contrario, están despiertas y firmes como la voluntad de la ciudadanía de votar a favor de Edmundo González Urrutia.
“Tenemos 25 años preparándonos para este momento, y el momento llegó”. Así lo dijo María Corina desde Ortiz.