Por qué hay animales que desarrollan mecanismos de resistencia al cáncer

Por qué hay animales que desarrollan mecanismos de resistencia al cáncer

El genoma del elefante africano contiene 20 copias del gen TP53, clave en resistencia al cáncer

 

Con más de 10 millones de muertes humanas al año, el cáncer representa la segunda causa de muerte en todo el mundo. El número de casos aumenta constantemente desde hace varias décadas, un fenómeno a menudo atribuido al envejecimiento de la población, a una exposición cada vez mayor a contaminantes ambientales potencialmente cancerígenos, en particular a los pesticidas, o al aumento de la tasa de obesidad en muchos países.

Por Infobae

Pero los humanos no son la única especie afectada por el cáncer. De hecho, si esta enfermedad ya está bien documentada en mascotas y animales de granja, ahora sabemos que también está presente en la gran mayoría de organismos multicelulares, desde mejillones hasta elefantes. Sin embargo, no todas estas especies tienen la misma susceptibilidad al cáncer. Por ejemplo, el antílope cervicapre, una especie herbívora originaria de la India, casi no desarrolla cáncer, mientras que el kowari, un pequeño marsupial carnívoro procedente de Australia, tiene una tasa de cáncer muy alta.

Determinar los factores que explican por qué determinadas especies animales se ven mucho menos afectadas por el cáncer y comprender los mecanismos que originan esta resistencia constituye, por tanto, un tema de investigación prometedor para desarrollar nuevos tratamientos.

Los animales grandes no tienen más cáncer que otros: la paradoja de Peto

En este contexto, las especies de gran tamaño resultan especialmente interesantes para los investigadores. De hecho, los animales grandes tienen muchas células y cada una de ellas podría volverse cancerosa.

En efecto, el cáncer es causado por una acumulación de mutaciones, es decir, alteraciones accidentales del ADN. Dentro de las células existen mecanismos eficientes de reparación del ADN, lo que hace que la aparición de mutaciones sea poco común. A pesar de todo, estos se acumulan a un ritmo regular durante la vida de los organismos. Cuando estas mutaciones afectan a genes que regulan la proliferación celular, relacionados con la reparación del ADN o con la estabilidad del genoma, el funcionamiento de la célula puede verse alterado. Esto puede provocar una proliferación incontrolada de células, que luego pueden formar un tumor.

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