En el primer día de audiencias, un testimonio clave reveló las conexiones políticas del magnicidio
La audiencia de juicio contra cinco de los presuntos sicarios involucrados en el asesinato del político ecuatoriano Fernando Villavicencio se reanudó este 25 de junio de 2024, en medio de estrictas medidas de seguridad que mantienen dos manzanas del centro norte de Quito bloqueadas. En la audiencia, el testimonio del testigo protegido J.P.A.M., presentado por la Fiscalía General del Estado, indicó detalles sobre la planificación y ejecución del magnicidio que conmocionó al país.
Por Infobae
Fernando Villavicencio fue un político, sindicalista y periodista ecuatoriano conocido por sus denuncias de corrupción. En las elecciones generales extraordinarias del 2023, se postuló a la Presidencia. A 11 días de las elecciones, el 9 de agosto de 2023, fue asesinado. El ataque ocurrió a la salida de un evento de campaña en Quito. La Fiscalía ha procesado a varias personas por su presunta participación en el crimen, aunque siete de ellos están muertos. Uno murió el mismo día del magnicidio y los demás fueron asesinados mientras estaban detenidos. Aunque la viuda de Villavicencio relató que el FBI logró entrevistar a los sicarios un día antes de que fueran liquidados.
En su testimonio anticipado, J.P.A.M., testigo protegido, habló sobre la trama criminal. Según el portal Primicias, J.P.A.M. indicó que los procesados trabajaban para un líder en la cárcel de Latacunga conocido como “Chino Onda”. Este individuo, identificado como Darío Suárez, ha sido vinculado también con el asesinato del abogado de narcos Harrison Salcedo en 2022.
El testigo relató que días antes del asesinato de Villavicencio, se le mostró un conjunto de camisetas, camisas y gorras que serían usadas en el atentado. El día del magnicidio los criminales se infiltraron en el evento político y se hicieron pasar como militantes. El testigo también mencionó a otros actores clave, como “El Cura” y “El Gatillero”, que también participaban de la planificación del crimen. “El 5 de agosto de 2023, conocí a una persona a la que se refirieron como ‘El Gatillero’. Era de Colombia. Me dijo que necesitaban ‘un volante’ (conductor) para ese trabajo”, afirmó J.P.A.M.
El testigo protegido explicó que, aunque inicialmente consideró participar, finalmente decidió no involucrarse debido al peligro que implicaba y a que tuvo una pelea con su esposa, Laura C., quien sí estaba dispuesta a participar y que es una de las procesadas. Según el portal La Fuente, J.P.A.M. aseguró que la operación fue coordinada mediante videollamadas con “Chino Onda” y Carlos A., alias “Invisible”. El día del asesinato, Laura C. fue arrestada en un operativo relacionado con el microtráfico de drogas, lo que le impidió participar en el crimen, según publicó Primicias.
El testimonio también dio indicios sobre las motivaciones detrás del asesinato de Villavicencio. Según su relato, “Chino Onda” buscaba obtener reconocimiento y poder dentro del mundo criminal mediante este acto, esperando ganar el control del tráfico de drogas en Quito y una posible reducción de su condena. “Querían asesinar a Villavicencio porque sería una suerte de trofeo y le serviría para escalar posiciones en el mundo criminal, además del control de medio Quito”, detalló el testigo.
Una de las revelaciones más impactantes del testigo protegido fue la implicación de figuras vinculadas al gobierno del expresidente Rafael Correa. J.P.A.M. afirmó que: “Esa cabeza (la de Fernando Villavicencio) valía USD 200.000 y la mandó a hacer el Gobierno de Correa”. Esta declaración sugiere una posible conexión política detrás del magnicidio, como han sostenido los familiares de Villavicencio.
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