La Convención Demócrata se reúne en Chicago en dos meses y el tiempo se agota para tomar la decisión más conveniente. La primera opción, podría pensarse en la vicepresidente Kamala Harris, pero ella no es popular y tiene mucha resistencia en sectores poderosos e influyentes. A partir de estos hechos, ya empiezan a circular algunos otros nombres, uno de los favoritos aparentes, es el actual gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, de 59 años, multimillonario y ubicado en el sector progresista del partido Demócrata.
Parar a Trump y su posible triunfo no va a ser fácil, pero este no genera confianza en sectores importantes y poderosos del país, inclusive en sectores de la cúpula republicana, y de allí la expectativa y urgencia de un candidato sustituto de Biden, con otros intereses y otra visión del país y del mundo, diferente del autoritario, intemperante e impredecible Trump.
La crisis norteamericana es real y de larga duración. Tiene tiempo en desarrollo y continuará por mucho tiempo. No va a acabar con los Estados Unidos en tiempo corto y previsible. La crisis o malestar norteamericano tiene que ver con factores internos estructurales y externos, geopolíticos. Una sociedad que cambia y comienza a ser otra y un mundo igualmente cambiante, particularmente con el desafío chino a la hegemonía de Estados Unidos y el realineamiento estratégico que esto está provocando.
Lo que pasa en Estados Unidos, por su poder e influencia, de una u otra manera repercute en el mundo, y aquí en Venezuela también. Pero es muy pronto todavía para una proyección objetiva de quién va a ser el próximo presidente norteamericano.