Expectación por la visita del presidente electo de Panamá a Darién antes de su investidura

Expectación por la visita del presidente electo de Panamá a Darién antes de su investidura

Fotografía que muestra una bandera de Venezuela en la estación de recepción migratoria Lajas Blancas, el 27 de Junio de 2024, en Darién (Panamá). Tres días antes de su investidura, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, visita este viernes el Darién, donde se encuentra la selva fronteriza con Colombia por la que a diario pasan centenares de migrantes en su camino hacia Norteamérica. EFE/ Moncho Torres

 

 

Tres días antes de su investidura, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, visita este viernes el Darién, donde se encuentra la selva fronteriza con Colombia por la que a diario pasan centenares de migrantes en su camino hacia Norteamérica, generando una gran expectación ante el posible anuncio de algunas de las medidas que tomará su Gobierno para disminuir el flujo migratorio.

En esta breve visita, Mulino estará acompañado del futuro ministro de Seguridad, Frank Ábrego, con mucha experiencia en el Darién tras ser el primer director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) -el estamento encargado de la seguridad de las zonas fronterizas- y que tuvo que hacer frente durante su mandato a las incursiones de la guerrilla colombiana FARC.

También acompañarán a Mulino los ministros designados de Ambiente, Juan Carlos Navarro; Salud, Fernando Boyd, y Obras Públicas, José Luis Andrade, según dijeron a EFE fuentes oficiales.

Resolver la situación migratoria en el Darién, un parque nacional con una superficie de 579.000 hectáreas por el que este año han cruzado más de 195.800 personas, la mayoría venezolanos, es uno de los retos y “prioridades” de la Administración de Mulino, que comienza el próximo 1 de julio.

Mulino mantiene un fuerte discurso contra el flujo migratorio por el Darién, que se ha agudizado en los últimos años marcando cifras récord, al señalar que va a “cerrar” esa frontera porosa bajo un “concepto filosófico” de repatriar a los transeúntes que la crucen.

Tres días antes de su investidura, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, visita este viernes el Darién, donde se encuentra la selva fronteriza con Colombia por la que a diario pasan centenares de migrantes en su camino hacia Norteamérica, generando una gran expectación ante el posible anuncio de algunas de las medidas que tomará su Gobierno para disminuir el flujo migratorio. EFE/Moncho Torres

 

En su discurso de proclamación oficial como mandatario electo, el pasado 9 de mayo, dijo: “Panamá y nuestro Darién no es una ruta de tránsito. No señor, esa es nuestra frontera. El concepto de cierre que he esbozado implica un concepto filosófico que guarda relación con cerrar la frontera en función de que iniciaremos con ayuda internacional un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos”.

¿Un posible acuerdo con EE.UU.?

Según adelantó recientemente Mulino al canal estadounidense CNN, se ha propuesto a Estados Unidos un “acuerdo de cooperación” para que financie ese proceso de repatriación de migrantes, que contaría con la vigilancia de la ONU y de otros organismos internacionales.

Este viernes se espera que dé más detalles sobre sus planes en el Darién, después de que el Gobierno electo anunció en mayo que había iniciado “contactos diplomáticos” y “estudios a través de organismos internacionales” para concretar sus planes de “cerrar” la frontera.

Atravesar esa frontera no es fácil, y cuando se les pregunta, muchos migrantes aseguran que si lo hubieran sabido nunca habrían cruzado la selva, donde pueden sufrir el ataque de animales salvajes o de bandidos, que roban y violan, además de enfrentarse a trochas empinadas o a la crecida repentina de ríos.

Después de cruzar esa selva durante días, los migrantes son recibidos por las autoridades panameñas en unas estaciones con presencia de una decena de organismos internacionales, donde se toma los datos biométricos de algunos y les ofrecen asistencia sanitaria y alimentación, antes de embarcarlos en autobuses, que sufragan los propios viajeros, que los llevan hasta la vecina Costa Rica, desde donde siguen su camino hacia EE.UU. o Canadá.

Tres días antes de su investidura, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, visita este viernes el Darién, donde se encuentra la selva fronteriza con Colombia por la que a diario pasan centenares de migrantes en su camino hacia Norteamérica, generando una gran expectación ante el posible anuncio de algunas de las medidas que tomará su Gobierno para disminuir el flujo migratorio. EFE/Moncho Torres

 

Algunos de los migrantes en los albergues están desconcertados. Saben que se espera la visita del próximo presidente de Panamá y se preguntan qué va a hacer, si va a cerrar la selva, expulsarlos, o los dejará continuar.

Sobre la posibilidad de la repatriación, migrantes como el venezolano Andy Días dudan que la medida pueda detener el flujo, porque la necesidad de buscar un mejor futuro en Norteamérica es más fuerte.

“Veo muy dificultoso que pueda cumplir ese propósito porque el venezolano, particularmente, tiene una dictadura muy disimulada. Se le va hacer muy difícil, no creo que las Naciones Unidas apoyen ese tipo de decisiones”, dijo a EFE Días en el albergue de Lajas Blancas, uno de los dos que hay en Darién.

Este migrante se suma a unos 195.817 que han atravesado el Darién hasta finales de junio, una cifra no muy diferente a la del cierre del mismo mes en 2023, cuando se registró el movimiento de 196.371. Ese año atravesaron la selva el número histórico de más de 520.000 personas, un 20 % de ellos menores.

Pero Mulino asegura que va a reducir ese flujo, y suele recordar que esa selva no es nueva para él, después de ocupar el puesto de ministro de Seguridad durante el Gobierno del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014).

“Como ministro de Seguridad yo viajaba a Darién dos veces, tres veces al mes, a mí nadie me echa cuenta lo que es Darién”, declaró Mulino durante la campaña electoral.

EFE

 

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