El sábado 6 de julio de 2024 quedará grabado en la mente de los electores de Barinas, que salieron a la calle Camejo a recibir con fervor y esperanza de cambio al candidato presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmudo González Urrutia y a la líder actual de la oposición venezolana, María Corina Machado.
Corresponsalía lapatilla.com
La aparición de Edmundo González y María Corina Machado, a bordo de un camión que los condujo en medio de la multitud hasta la tarima, hizo estremecer a los asistentes al acto de campaña, que con pitos, banderas y consignas de libertad, les confirmaron que representan la fórmula impelable que quieren los venezolanos para derrotar a Maduro el 28 de julio.
La tarima estaba dispuesta hacia la zona norte, pero en la parte trasera también se aglomeró la gente, a lo que María Corina calificó que “esto terminó siendo un acto 360”, y de inmediato tomó a Edmundo por la mano para saludar a los que estaban en esa área.
Con todo esto, se permitieron tener de cerca a la gente y, así los presentes pudieron ver a Edmundo y María Corina, quienes volteaban a saludarlos a cada instante, haciéndoles sentir que su presencia era muy importante.
La conexión del candidato con sus electores fue eficaz desde una mirada, el guiño de un ojo, el movimiento de la mano, levantar el brazo o dejarse leer los labios con alguna expresión verbal.
María Corina estaba como en su casa, se le notaba placentera con cada arrebato de los simpatizantes que le agradecían por arriesgarse a sacar a Maduro de la presidencia, a pesar de los obstáculos que les siguen poniendo.
“Aquí no cabe un alma”, dijo sonriente Maria Corina y visiblemente contenta, por lo que la gente la interrumpió y comenzó a cantar al unísono: “y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer”.
Este cántico también fue estremecedor, al punto que la líder opositora se puso la mano derecha en el pecho, enmudeció unos segundos y sus ojos brillaban como cuando se tiene un nudo en la garganta aguantando el llanto.
Una mujer que tenía rato recostada a la plataforma del camión donde estaba la prensa, dijo: “si ella (María Corina) llora, aquí lloramos todos por el mismo motivo”.
“Mi nombre es Carmen del Pilar Romero”, respondió a la pregunta de lapatilla.com, y contó que llegó al centro de Barinas montada en un camión volteo de un vecino que le dio la cola, porque “no me podía perder esto”.
La gente llegó como pudo. La mayoría lo hizo caminando, pagando el pasaje de busetas o taxis, en cola, incluso unos lo hicieron montados a caballo como una representación del llano, debido a que nadie pudo contratar una unidad de transporte para movilización, porque el chavismo presuntamente condicionó a las líneas de conductores.
El día anterior (viernes) llovió fuerte, pero el sábado el cielo amaneció despejado, siendo cómplice para el momento que los ciudadanos libres querían vivir, a tan solo 22 días de la elección que avizora un cambio en la Presidencia de la República.
“Hoy quiere llover, pero la bendición de Dios nos protegerá hasta que termine el acto”, manifestó con seguridad Alizandro Vargas, quien se autocalificó de ser un hombre llanero, de fe y cansado de ver tanta barbaridad del gobierno.
Previamente a la llegada de Edmundo González y María Corina Machado a la calle Camejo de Barinas, los dirigentes de las diferentes organizaciones políticas y gremios también tuvieron su momento para motivar a votar el 28 de julio y, la gente les acompañó con aplausos en la muestra de unidad.
A la 1:45 de la tarde terminó el acto y sin inconvemiente alguno la gente se retiró contenta y emocionada de haber confirmado con su presencia que habrá un nuevo presidente en Venezuela, a partir del 28 de julio.