Las malévolas acciones del gobierno, que han traído la debacle material de Venezuela, pueden explicarse desde dos puntos de vista. Ambos, coinciden en las consecuencias, pero solo un grupo ofrece una explicación de profundo contenido espiritual, documentada en el libro sagrado de la religión cristiana: la Biblia. Con base en citas bíblicas contundentes que no dejan lugar a dudas para los que somos creyentes.
Por una parte, está la explicación de los ateos que no creen en Dios, incluye a los agnósticos que dudan, y a otros que, siendo creyentes, prefieren analizar lo que padecemos en Venezuela desde un enfoque seglar, no religioso. Todos ellos, afirman que el desastre del país se debe al saqueo, la corrupción, la incompetencia y la aplicación de una ideología fracasada, muy cruel y perversa. En eso todos estamos de acuerdo.
Los eruditos de la Biblia, también llegan a las mismas conclusiones, pero afirman que la verdadera explicación la da el libro divino. La conclusión que nos ofrecen los eruditos es categórica: “el gobierno aplica una guerra espiritual para apartarnos de Dios”. Afirman que los líderes del chavismo han llegado al límite de las herejías al decir que el socialismo del Siglo XXI es el reino de Dios en la tierra.
Incluso, nos alertan de una nueva y gravísima injuria. Recientemente el líder del chavismo, viéndose perdido ante la fuerza espiritual mayoritaria del pueblo venezolano, intenta engañarnos presentándose como el David que venció a Goliat. Nada más falso. Son innumerables y amplísimas las diferencias; pero, por razones de espacio sólo señalaremos dos de ellas.
David reinó en uno de los períodos más florecientes y prósperos de la historia de Israel, conocido por muchos como “La Edad de Oro” de Israel. En cambio, el que intenta mimetizarse en David, ha gobernado por 12 años, siendo el peor período de toda la historia republicana de nuestro país.
David es descrito en la Biblia como un “hombre conforme al corazón del Señor”. Después de cada error que cometía, se arrepentía de su pecado y se volvía a Dios. David documentó los altibajos de su caminar con Dios en el Libro de los Salmos. La Biblia lo describe como un Rey ideal y dice que Jesús mismo vino de su linaje. En cambio, el que intenta mimetizarse en David no se arrepiente de sus pecados, practica religiones falsas como la brujería y sectas no cristianas. Ha sido una injuria hacia Dios pretender presentarse como el David de la Biblia cristiana, de cuyo linaje proviene Jesús.
Sin ninguna duda, con todas estas blasfemias el gobierno intenta confundir al pueblo, porque suplantar el reino de Jesús por el reinado del maligno socialismo marxista ha sido la mayor herejía cometida contra Dios. El cristianismo es amor y nos lleva a la vida eterna. En cambio, el socialismo marxista es ateísmo, siembra el odio y lleva al pueblo a la miseria, a la muerte terrenal, y al infierno.
La demostración de que estas aseveraciones son ciertas está en las reiteradas acciones del gobierno, que acosa a los sacerdotes católicos y a los pastores evangélicos. Trata de desprestigiarlos y dividirlos. Intentan corromperlos ofreciéndoles prebendas para ponerlos al servicio del demonio. Algunos, muy pocos, lamentablemente han caído en el peor de los pecados: negar a Dios.
El gobierno actúa de la misma forma como Satanás tentó a Jesús en el desierto de Judea, diciéndole: “Todo esto te daré, si te postras ante mí y me adoras”. La respuesta del Señor fue: “Vete Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo le rendirás culto”. Ver: Mateo 4:9-11.
Estas ofensas a Dios y sus consecuencias, que vivimos en Venezuela, fueron profetizadas por el Apóstol Pedro, quien explicó con detalles cómo sucederían, incluso en Venezuela: “En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. Ver: 2 Pedro 2:1. La destrucción de Venezuela la sufrimos todos los días.
Incluso, el apóstol Juan nos advirtió de la aparición de estos seductores que negarían a Dios: “Porque han invadido el mundo muchos seductores que no confiesan a Jesucristo manifestado en la carne. ¡Ellos son el Seductor y el anticristo!”. Ver: 2 Juan 1:7. Los seductores en Venezuela pretenden hacernos ver que vivimos en el reino de Dios, y el principal seductor se presenta como si fuera el Rey David de Israel.
Otra prueba de que enfrentamos una guerra espiritual en Venezuela nos la ofrece el apóstol Pablo, cuando describe a los demonios contra quienes luchamos: “… no luchamos contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas…, contra huestes espirituales de maldad. Ver: Efesios 6:12. En efecto, enfrentamos en Venezuela fuerzas espirituales de maldad que pretenden apartarnos de Dios.
Si bien, todo esto es tenebroso y el enemigo es muy poderoso, no debemos tener miedo sino valor y confianza, porque el mismo apóstol Pablo, seguidamente en la Biblia nos explicó cómo vencerlos; nos dice: “Esten firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de la justicia… Tomen el escudo de la fe, con el que podrán apagar todos los dardos de fuego del maligno. …”. Ver: Efesios 14:17.
El apóstol Pablo nos invita a todos, incluyendo al mismo pueblo chavista, que también sufre, a asumir una causa espiritual para derrotar al gobierno, sin derramar una gota de sangre. ¿Cómo es posible hacerlo? La respuesta, la da el apóstol Pablo, sabiendo interpretar su misma cita bíblica, antes expuesta. Tomando el escudo de la fe, que es nuestra verdad; y la espada del espíritu, que es nuestra capacidad de convencer a nuestros hermanos chavistas, promoviendo una nueva ideología de la bondad, de la reconciliación y la esperanza que apague el fuego de tanta maldad.
El pueblo chavista, y todos los venezolanos abstencionistas e indiferentes, tienen la oportunidad de reconciliarse con Dios este 28 de julio, actuando conforme corresponde. Dios en su misericordia nos perdonará y volverá su vista hacia Venezuela para salvarla, trayendo una nueva era de paz, prosperidad y reconciliación nacional.
Pedro Prado es periodista venezolano. CNP 7833