Aunque la mayor crisis de la Guardia Nacional y el Ejército venezolano es la escasez de tropa profesional y alistada, Nicolás Maduro asciende a más de 101 generales de Brigada y División en esos componentes. Además, se le agrega un Mayor General. A su vez pasa a retiro a solo 70 de los activos. Profundizando el rompimiento de la estructura piramidal que debe tener la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
SEBASTIANA BARRÁEZ
Con el criterio de “muchos caciques y pocos indios”, la institución castrense debe enfrentar varios desafíos que le está dejando la politización de la Fuerza Armada, los miles de desertores, el deterioro del apresto operacional y el premio sin méritos a los más altos grados militares.
Muchos de los buenos oficiales no ascienden, otros lo hacen en lugares inferiores. La FANB ha sido el instrumento de negociación entre Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros jerarcas de la revolución, de manera que los méritos no son determinantes, sino la lealtad que se tenga a cada uno de los líderes de esas parcelas de poder.
Algunos serán reincorporados como ya ha estado sucediendo antes; hay oficiales que debieron pasar a retiro y siguen estando activos, por razones políticas, el ejemplo más resaltante es el del Ministro de la Defensa, GJ (Ej) Vladimir Padrino López, cuya promoción terminó su función activa, hace 10 años.
Varios de los ascendidos ni siquiera pertenecen a las promociones de la Academia Militar, son oficiales exprés egresados del Cuerpo de Aspirantes de Oficiales (CAO), que con un curso especial de formación, que dura año y medio, los convirtieron en oficiales de comando.
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