Qué son los “detectives interestelares” que rastrean posibles civilizaciones avanzadas

Qué son los “detectives interestelares” que rastrean posibles civilizaciones avanzadas

Distintas tecnofirmas en exoplanetas, podrían develar civilizaciones avanzadas que lo habitan

 

 

 





 

Si astrónomos en la Tierra observan cómo un planeta a miles de años luz emite inusuales gases de efecto invernadero como metano o fluorado, bien se podría inferir que estamos ante un indicio certero de la actividad de una civilización avanzada.

Víctor Ingrassia

Las llamadas “tecnofirmas de ingeniería interestelar sofisticada”, son ahora la nueva forma en que los detectives interestelares están trabajando en la búsqueda de vida inteligente, utilizando las más avanzadas herramientas como los telescopios espaciales.

Ahora, un nuevo estudio surgido en la Universidad de California en Riverside (UCR) identifica a los gases de efecto invernadero artificiales como serios indicios de un planeta terraformado. Y describe como astrónomos utilizando el Telescopio Espacial James Webb, podrían rastrear estos gases en exoplanetas distantes con el fin de hallar evidencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas que terraformaron un mundo lejano.

“Para nosotros, estos gases son malos porque no queremos aumentar el calentamiento global. Pero serían buenos para una civilización que tal vez quisiera prevenir una inminente edad de hielo o terraformar un planeta inhabitable en su sistema, como los humanos han propuesto para Marte”, afirmó en un correo electrónico a Infobae el astrobiólogo de la UCR y autor principal del estudio, Edward Schwieterman.

Estos gases no se encuentren en cantidades significativas en la naturaleza, por lo que deben ser fabricados. Y encontrarlos sería una señal de formas de vida inteligentes que utilizan tecnología. Estas señales se denominan tecnofirmas.

Los cinco gases propuestos por los investigadores en una publicación en la revista Astrophysical Journal se utilizan en la Tierra en aplicaciones industriales, como la fabricación de chips informáticos. Entre ellos se incluyen versiones fluoradas de metano, etano y propano, junto con gases compuestos de nitrógeno y flúor o azufre y flúor.

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