Julio César Arreaza: Vota-cuenta-cobra

Julio César Arreaza: Vota-cuenta-cobra

Comprobamos el fenómeno de las convocatorias inéditas de María Corina, la gente de manera orgánica se hace presente, sin un cheque de por medio, sin organización más allá de los comanditos, bajo coordenadas de último momento. Transversalmente la calle se encuentra en su deseo de cambio y dispuesta a lograrlo, hasta el final. Se multiplica la molestia en los sectores populares, quieren que sus familiares vengan y no se vayan. Conscientes de la mega trampa montada precisamente en el día del cumpleaños del comandante intergaláctico, y sabiendo que los usurpadores no pretenden perder.

Aprovechando la consulta electoral en el marco de la dictadura, 80% de los electores, extenuados de tanto maltrato, acudirán a poner en acción la fuerza indetenible y arrolladora de la soberanía popular. Es un derecho fundamental que el pueblo se exprese con su voto. Con presión ciudadana se abre el 100% de las cajas. Dios con nosotros nos da el coraje de enfrentar a la opresión. Nos impulsa el profundo valor de las convicciones democráticas, de la justicia y no el vano juego de consignas y falsas apariencias.

Contabilizados 25 años de opresión, se sigue soñando con la libertad y los sueños se hacen realidad. Reivindicamos las libertades civiles y de comunicación. Buscamos la preponderancia de la dignidad en todos los espacios.





No somos masa militante, nos mueven los principios, valores y la verdad que nos hace libres. Con criterio propio increpamos al poder y a la representación política. Llegó la hora de reivindicar el pensamiento crítico, de ejercer el derecho a expresar lo que se siente y de encarar a la vejación generalizada. La masa militante carece de memoria, el rebaño carece de capacidad de reflexión autónoma. Lo político requiere de la permanente formación ciudadana. Imposible construir república sin pensamiento crítico. Se respira la determinación de responder a los objetivos democráticos. Nos hermana, transversalmente, la fuerza de volver a unir a la familia. Sin espíritu de pueblo no hay nación.

No nos acostumbraremos a vivir sin acceso a la justica, sin pruebas y sin derecho a la defensa. Ya basta de ciudadanos detenidos arbitrariamente y acusados de delitos que no han cometido. Ya basta del abuso crónico de la ley de terrorismo, que no se aplica a los usurpadores terroristas que detentan el poder. Ya basta de la persecución de quienes defienden derechos. Ya basta de que los hospitales sean depósitos de seres humanos arrojados en camas sin colchón. En cárceles convertidas en depósitos de hombres. Se ha hecho eterna la emergencia humanitaria compleja que padecemos y ni siquiera se cumple con el esquema de vacunación de los niños y se asoman enfermedades que habían sido erradicadas: la difteria, el sarampión y la poliomielitis.

La realidad abruma hasta a los usurpadores, meten preso hasta un caballo. No se puede desconocer a un elefante brioso en un cuarto. Un país casi entero los rechaza. Sabemos el reto que tenemos por delante. No hay manera de sostener una ruptura de ese tamaño y contener la rebelión cívica electoral. Largo tiempo viviendo de las mentiras desquiciadas del régimen: “el agua quema y la candela moja”. El cambio viene, el cambio va, en sus promesas no creo más…

¡Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez, Carlos Julio Rojas y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!