Con frecuencia Una Ventana a la Libertad emite alertas y hace informes especiales sobre la precaria situación que enfrentan las mujeres que ingresan o quedan embarazadas en prisión.
Por UVL
A pesar de las denuncias realizadas por la organización no gubernamental, el órgano rector con competencia en materia de servicio penitenciario no toma los correctivos para evitar que estos hechos se repitan.
El Código Orgánico Penitenciario, en el Ordinal 10 del artículo 15, establece que toda mujer que se encuentre detenida, sea cual sea su condición jurídica, debe recibir atención médica especializada durante el período de gestación, parto y lactancia, pero la realidad revela que sucede todo lo contrario.
El equipo de investigadores que integra la Unidad Audiovisual de Una Ventana a la Libertad, ONG dirigida por el abogado Carlos Nieto Palma, acaba de realizar un audiovisual que lleva por título: “Embarazos en prisión: Cuando la maternidad se convierte en adversidad”.
Los investigadores constataron que dentro de los anexos femeninos de las cárceles y calabozos policiales del país ni siquiera existe un lugar especial para tener a una mujer en estado de gravidez.
En los recintos penitenciarios del país, temporales o definitivos, tampoco tienen un lugar adecuado y aséptico, en el cual se pueda atender un parto, recibir adecuadamente a un recién nacido y mucho menos amamantar a un neonato.
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