La campaña electoral de Estados Unidos reúne ya todos los ingredientes para hacer las delicias de los productores de Hollywood. Un delincuente convicto, el primer expresidente del país condenado por un delito, y que acaba de sobrevivir a un atentado en el que un francotirador le ha disparado ocho tiros, se enfrentará previsiblemente a una antigua fiscal que suma apoyos apresuradamente para ser la candidata demócrata, después de que su jefe y actual presidente del país haya renunciado a serlo a la vista de las dificultades que suponen para el cargo su avanzada edad, 81 años, y sus problemas de memoria, expuestos ante la nación en un lamentable debate televisivo. En estos términos se desarrolla la cuenta atrás para elegir el presidente de la mayor potencia económica mundial, en una campaña en la que los recursos con los que cuentan los candidatos para ganar apoyos son determinantes y en la que numerosas grandes fortunas e influyentes inversores ya han tomado parte.
Por Cinco Días
Republicanos y demócratas cuentan con un grupo numeroso de fieles donantes con los que financiar su campaña, que se están movilizando ante la intensidad de los últimos acontecimientos y de la creciente polarización política del país. Kamala Harris, que aún debe recibir el respaldo oficial del partido en la convención nacional de primeros de agosto para ser definitivamente la candidata demócrata a la Casa Blanca, ha logrado un récord de financiación de donantes, al recibir más de 100 millones de dólares menos de dos días después de que Biden anunciara su retirada, cifra que ha alcanzado los 200 millones en su primera semana de campaña. Trump también despierta pasiones, más aún tras sobrevivir a un atentado, y cuenta con el respaldo entregado de potentes financiadores. El presidente de Tesla, Elon Musk, es una de las fortunas más comprometidas públicamente con el líder republicano, mientras que Harris cuenta con el inversor George Soros y con su hijo y heredero de su fortuna, como uno de sus donantes más conocidos. Pero la carrera presidencial a la Casa Blanca requiere de mucho dinero y muchos empresarios e inversores influyentes que la respalden.
Elon Musk
El presidente de Tesla no disimula su simpatía por Trump, que incluso tendría reservado para Musk un puesto en su gobierno, según publicó The Wall Street Journal. Para Elon Musk no es un problema que Trump lance rotundos ataques contra el coche eléctrico, el negociado de Tesla. “Pondré fin al mandato de los vehículos eléctricos desde el primer día”, aseguró el magnate en la convención republicana que le entronizó como candidato. Trump promete acabar con las ayudas a la compra de estos vehículos, a lo que Musk replica con que su compañía no necesita subsidios para sobrevivir. De hecho, el fin de las ayudas públicas al coche eléctrico podría incluso fortalecer a Tesla frente a sus competidores.
Pero los planes de Trump ya han supuesto un contratiempo inmediato para Musk. Este martes anunció que paraliza la construcción de la planta de montaje en México hasta que se celebren las elecciones presidenciales en EE UU. “Creo que tenemos que ver lo que pasa con la elección. [El candidato presidencial republicano, Donald] Trump ha dicho que pondrá aranceles a los vehículos producidos en México. Así que no tiene sentido invertir mucho en México si eso va pasar”, declaró Musk.
El líder republicano cuenta con el respaldo del que es el hombre más rico del mundo, al menos a cierre de junio según la revista Forbes. Algunas informaciones apuntan a que Musk dona 45 millones de dólares al mes a la campaña de Trump, una cuantía que el propio presidente de Tesla ha tenido que desmentir en su cuenta de X. “Es un nivel mucho más bajo” señaló Musk en la red social de su propiedad, sin precisar más.
George Soros
Si Trump cuenta con una de las grandes fortunas del planeta, si no la mayor, Kamala Harris tiene entre sus apoyos a uno de los referentes históricos del mundo de la inversión, George Soros. Reconocido donante del partido demócrata, el inversor y filántropo ha sido uno de los primeros en posicionarse a favor de Kamala Harris como candidata para reemplazar a Joe Biden. Su hijo Alexander Soros es quien lleva desde hace unos meses el control de un imperio financiero construido desde cero y quien ha mostrado públicamente el respaldo a la actual vicepresidenta de EE UU. “Es hora de que todos nos unamos en torno a Kamala Harris y derrotemos a Donald Trump. Ella es la mejor y más calificada candidata que tenemos. ¡Viva el sueño [norte]americano!”, publicó Alexander Soros en X inmediatamente tras el anuncio de la retirada de Biden.
Bill Ackman
La convulsa política estadounidense también está dando lugar a sonadas conversiones entre los donantes. El multimillonario inversor Bill Ackman, que dirige el hedge fund Pershing Square Capital Management y es una de las grandes fortunas de Wall Street, hizo público su apoyo a Trump, y el de su dinero, el pasado 14 de julio, justo a continuación de que el magnate republicano sufriera el atentado. En el mensaje que publicó ese día en X afirmó que “las próximas elecciones presidenciales son unas de las más importantes de mi vida” y señaló que había tenido “la suerte de pasar unas horas recientemente con el Presidente Trump”.
Ackman ya había mostrado meses atrás su disconformidad con que Biden se presentara a la reelección. “Creo que Biden ha hecho muchas cosas buenas. Pero creo que su legado no será bueno si él es el nominado. Creo que lo correcto que debe hacer Biden es hacerse a un lado, decir que no se presentará y crear la oportunidad para cierta competencia”, expresó en noviembre en una entrevista en Bloomberg. A principios de este año, se conoció la intención de Ackman de donar un millón de dólares a la campaña de Dean Phillips, un congresista demócrata que se postuló ante su partido como relevo para Biden.
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