El 30 de julio, martes, en Los Palos Grandes y el sábado 3 de agosto de 2024 en Las Mercedes en Caracas la sociedad democrática y los partidos políticos que apoyan la Plataforma Unitaria Democrática hicieron hermosas demostraciones de fuerza bajo el liderazgo de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado Parisca. Hubo en ambos momentos, multitudinarias manifestaciones de apoyo de gente de todos los sectores sociales a la victoria que de manera contundente la fuerza de los hechos electorales y el sistema electrónico de votación han puesto en evidencia. Fue inmenso el entusiasmo, grande la emoción y poderoso el impulso de los ciudadanos que con alegría contagiosa y fraternales encuentros se vivieron en esos días.
La del sábado fue menos nutrida, tal vez porque muchas personas prefirieron resguardarse a causa del terrorismo de estado y la política de violencia que se ha desatado con persecuciones, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, secuestros y asesinatos despiadados ejecutados impunemente y a plena luz del día por parte de la policía nacional bolivariana y de colectivos criminales, los antiguos círculos bolivarianos, algunos a pie, otros en motos, encapuchados y armados, que han sembrado el pánico con disparos indiscriminados a diestra y siniestra, como ocurrió en el centro de la ciudad, al lado del palacio de las Academias o en la avenida Lecuna.
Edmundo, acompañado de su esposa y una de sus hijas, junto con María Corina, inspiradora y firme en su voluntad de lograr un cambio estructural y no una mera sustitución de gobierno, con persistencia y coraje, sin miedo y con mucha serenidad, afianzó la convicción de que ganó Venezuela y solicitó no caer en provocaciones ni actuar con violencia para afirmar el triunfo de la decencia, la dignidad y el rescate de la libertad y la democracia a la que aspiran las mayorías. Los dos se dirigieron al público en la avenida Francisco de Miranda. Pese a las amenazas graves contra María Corina Machado, su presencia inesperada en la avenida principal de Las Mercedes y sus palabras poderosas y a la vez tranquilas encendieron otra vez la esperanza en que el desenlace será una ganancia para todos los venezolanos.
El nuevo presidente electo en Venezuela para los próximos seis años es diplomático y servidor público de trayectoria impecable, profesional discreto, ecuánime, conocedor de los intríngulis de la política por su experiencia de muchos años en el Ministerio de Relaciones Exteriores y su carrera como embajador en varios países. De conducta intachable, es intelectual y personalmente un ejemplo para nuestros conciudadanos, con credenciales académicas y publicaciones destacadas en el área de las relaciones internacionales. Nos honra que, al lado de su familia, represente los más altos intereses del país como persona preparada, íntegra, respetuosa con los demás, de muy alta calidad ética y política, experto en resolución de conflictos, dispuesto al diálogo, a la reconciliación y a asegurar las garantías para todos a fin de construir una transición pacífica y ordenada. Contrastan la virulencia de Maduro y su entorno, la testaruda imposición de la mentira, la manipulación y el forjamiento de resultados falsos para imponerse en el poder, no importa cuán trágico y ruinoso sea el precio que pague el país.
Las actas originales no mienten, aún no mostradas por las autoridades del Consejo Nacional Electoral, a doce días de los comicios presidenciales, cuando a las 48 horas deberían haber sido puestas a disposición de candidatos, principales actores políticos y ciudadanos, como ordena la ley de procesos electorales. La victoria de Edmundo González fue apoteósica, incluso en las sedes militares. Así lo han asegurado no solo los testigos de mesa el 28 de julio, cuya responsabilidad ciudadana cumplieron valiente y eficazmente al resguardar las actas de cierre impresas por las máquinas del Consejo Nacional Electoral, recibidas después del escrutinio, sino observadores y personalidades de alto rango del mundo político internacional. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, reiteró en la conversación con el secretario general de la ONU, António Guterres, que las actas electorales muestran “evidencia abrumadora” de que el abanderado de la principal coalición opositora derrotó a Maduro, siguiendo el comunicado del Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos.
No se pueden aceptar chantajes, ni argumentos utilitarios de baja estofa moral para torcer la voluntad popular. Confiemos en el exitoso liderazgo que hemos ganado con la fortaleza moral, el temple y la ponderada calma de María Corina y de Edmundo.