“Primero oímos a los dos hermanos gritarse y luego acabamos viendo una guitarra volando, lanzada por encima de las vallas“. Así recuerda Matthieu Ducos, el actual director del festival Rock en Seine, la noche de 2009 en la que, justo antes de salir al escenario en París, los líderes de Oasis se separaron.
Cuando estalló la pelea entre los Gallagher eran alrededor de las 20.00 horas (18.00 GMT), en la primera de las tres jornadas de aquella edición del Rock en Seine.
Era 28 de agosto y a la banda británica se la esperaba, como cabeza de cartel, en el escenario principal del Parque Saint-Cloud (suroeste de París), alrededor de las 22.00 horas (20.00 GMT).
Pero ya desde los primeros gritos entre bambalinas, incluso para las volátiles personalidades de Noel y Liam Gallagher, los responsables del festival parisino tuvieron claro que lo que estaba ocurriendo no era solo una pelea más.
“Lo que vimos a continuación es a Noel que se va a pie en dirección de la salida de los camerinos, hacia un coche, para abandonar el lugar del festival“, rememora en conversación con EFE Ducos, quien por aquel entonces ejercía como responsable de comunicación del Rock en Seine.
“Supimos rápido, cuando lo vimos irse, que no tenía en absoluto la intención de volver“, agrega.
Muy pocos minutos después, el director de la gira de Oasis les confirmó ese temor y, casi enseguida y sin margen para hacer nada más, también Liam abandonó el Parque Saint-Cloud con otra parte del equipo.
El propio Noel Gallagher explicó en entrevistas posteriores, durante los 15 años que ha durado la separación hasta el anuncio de la gira este martes, que aquel incidente en el que su hermano pequeño destrozó su guitarra favorita había sido la gota que colmó el vaso tras muchos años de peleas.
Solo se juntaban para subir al escenario
“Nosotros entendimos perfectamente que el grupo se había terminado“, asegura Ducos, ya que incluso antes de aquella pelea la tensión interna entre los reyes del ‘britpop’ -con permiso de Blur- era ya palpable.
Era muy complicado gestionar la presencia de los dos hermanos en el mismo espacio, recuerda Ducos, e incluso tenían que alojarse en distintos hoteles.
Solo se juntaban justo antes de subir al escenario, explica, “y sus interacciones se limitaban a eso“.
Pero las broncas entre ellos tampoco eran algo precisamente nuevo, así que en París nadie se esperaba que una ruptura así fuera inminente, precisa el director del mayor festival de música de la capital francesa, que precisamente viene de cerrar el domingo pasado su edición de 2024 con Lana del Rey como cabeza de cartel.
Tras la constatación de que ni ‘Don’t Look Back in Anger’ ni ningún otro éxito de Oasis iba a sonar aquella noche a orillas del Sena, llegó la hora de decepcionar a las miles de personas que esperaban ante el escenario, ignorantes de que un capítulo importante de la música contemporánea acababa de escribirse a solo unos metros de donde estaban.
Se anunció lo que había ocurrido desde el escenario y en todas las pantallas, cuenta Ducos, aprovechando la experiencia que el festival había recabado un año antes con una situación parecida, cuando a dos horas del concierto previsto de otra cabeza de cartel, Amy Winehouse, se notificó que no actuaría por problemas de salud.
Además de ofrecer reembolsos y explicaciones a los espectadores, para no clausurar la noche con “un escenario vacío” el festival convenció al grupo británico Madness, que ya había tocado ese día, para que actuara ante quienes quisieran quedarse.
“Aunque obviamente la noche no tuvo el mismo sabor que debería haber tenido, la reacción del público, en realidad, fue bastante buena de todos modos“, reflexiona Ducos.
Por el momento, las fechas de la gira de reunión para 2025 se limitan a conciertos en estadios del Reino Unido e Irlanda, pero desde el Rock en Seine extienden desde ya la invitación a los Gallagher para que vuelvan “al lugar del crimen“.
“Sería evidentemente mágico“, augura el director del festival parisino. EFE