Rusia amenazó este martes a Estados Unidos con una posible escalada de la guerra en Ucrania, asegurando que no quedaría fuera del conflicto y sentiría también sus consecuencias. De esta manera, el Kremlin buscó persuadir a Washington de reducir su asistencia a las tropas de Kiev, que llevan ventaja en Kursk, donde irrumpieron semanas atrás.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, cargó así contra la Casa Blanca y sostuvo que los riesgos de una Tercera Guerra Mundial son claros y no se limitarían a Europa.
“Ahora confirmamos, una vez más, que jugar con fuego -y son como niños pequeños jugando con cerillas- es algo muy peligroso para los adultos a los que se les confían armas nucleares en uno u otro país occidental”, comenzó diciendo y enfatizó: “Los estadounidenses asocian inequívocamente las conversaciones sobre la Tercera Guerra Mundial con algo que, Dios no lo quiera, si ocurre, afectará exclusivamente a Europa”.
A continuación, se refirió al pedido de Volodimir Zelensky para el cese de restricciones en el uso del armamento aliado para poder ser empleado en territorio ruso, que está siendo evaluado por las naciones, y sostuvo que Occidente está “buscando problemas” al hacer lugar a esta posibilidad.
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