Prisioneros ucranianos son reclutados para combatir a las fuerzas rusas

Prisioneros ucranianos son reclutados para combatir a las fuerzas rusas

Tropas ucranianas combatiendo fuerzas rusas- Foto Cortesía
Tropas ucranianas combatiendo fuerzas rusas- Foto Cortesía

 

 

Merodeando entre los arbustos cerca de Pokrovsk, en el este de Ucrania, hay una unidad de hombres que tienen dos cosas en común: el poco tiempo que han servido defendiendo a su nación y el tiempo que han pasado entre rejas.





Los 15 hombres de infantería de la 59ª Brigada, que forman parte del batallón Shkval -o ráfaga de viento- son antiguos prisioneros. Condenados por diversos delitos, ven su servicio en defensa de Ucrania como una redención y una oportunidad de una nueva vida sin antecedentes penales.

La trampa para los prisioneros es que están contratados por el ejército hasta el final de la guerra. También hay un incentivo económico considerable: los salarios oscilan entre US$ 500 y 4.000 al mes, dependiendo del tiempo que pasen en el frente, según el Ministerio de Defensa ucraniano.

CNN obtuvo acceso exclusivo a estos prisioneros reclutados la semana pasada, cerca de la importante ciudad de Pokrovsk, en Donbas. En las últimas semanas, la ciudad se ha convertido en un punto focal como parte de la línea de contacto de casi 900 kilómetros que carece desesperadamente de hombres, municiones y enfrenta a fuerzas rusas cada vez mejor abastecidas y más numerosas.

Entre los reclutas se encuentra Vitaly, de 41 años, adicto recuperado y padre de cinco hijos. Pidió ser identificado solo por su nombre de pila por razones de seguridad.

Vitaly declaró a CNN que había cumplido 10 años de cárcel por cuatro delitos diferentes, el último por lesiones graves.

Sentado en un tocón de árbol, Vitaly murmura: “Mi vida fue una locura. Crecí entre bandidos, al igual que todos nuestros muchachos (en la unidad).”

Pero al unirse a las filas de las Fuerzas Armadas ucranianas, vio una oportunidad.

“Necesito pasar página de mi vida. Mi vida era un desastre. Es mejor ser útil aquí, estar rodeado de hermanos… y de un círculo social completamente diferente”, dijo.

Lleva tres meses en las trincheras tras un breve periodo de entrenamiento de 21 días. Vitaly no se arrepiente de su decisión de alistarse en el ejército, pero dice que era ingenuo sobre lo que le esperaba.

“La vida aquí es dura, es divertida… pero no pensaba que fuera a ser tan dura”, afirma.