Una imagen tomada en 2003 desde orbitadores de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) captó la atención de la comunidad científica al mostrar extrañas formaciones en la superficie de Marte, conocidas como “arañas gigantes”. Estas estructuras, que son parte del terreno araneiforme, se encuentran en el hemisferio sur del planeta rojo y se extienden a lo largo de kilómetros, con patrones que se asemejan a patas ramificadas. Recientemente, un estudio logró descifrar cómo estas peculiaridades geológicas se originan.
Por La Nación
Origen del terreno araneiforme en Marte
Las formaciones araneiformes son características únicas del paisaje marciano, y su nombre proviene de la palabra latina “aranea”, que significa araña. Estas estructuras, que solo se encuentran en el hemisferio sur del planeta rojo, son producto de un proceso estacional relacionado con la sublimación del dióxido de carbono.
De acuerdo con los primeros datos que arrojaron los científicos de The Planetary Science Journal en 2009, a medida que el invierno se instaló, se formó una capa de hielo seco (dióxido de carbono congelado) en la superficie. Cuando llegó la primavera, este hielo comenzó a sublimarse, es decir, pasó directamente de estado sólido a gaseoso sin convertirse en líquido.
Este proceso generó presión bajo la capa congelada, que eventualmente se rompe en varios puntos, lo que permitió que el gas escape hacia la atmósfera. Mientras el gas se liberaba, arrastraba consigo partículas de polvo y arena, lo que creó una red de canales que se extendieron radialmente desde el punto de escape, lo que dio lugar a las formaciones en forma de araña.
Qué dicen los científicos sobre las “arañas gigantes” en Marte
Hasta hace poco, la formación exacta de estas estructuras solo podía inferirse a partir de las imágenes tomadas desde los orbitadores. Sin embargo, un equipo de científicos de la NASA logró recrear las condiciones de la superficie marciana en un laboratorio en la Tierra para simular el proceso y observarlo de cerca. Para esto, utilizaron una cámara de pruebas llamada Dustie, donde los investigadores lograron replicar la baja presión atmosférica y las frías temperaturas del hemisferio sur de Marte, y sus resultados fueron compartidos en IOP Science.
El experimento consistió en enfriar un simulador de suelo marciano en un recipiente sumergido en nitrógeno líquido y luego introducir dióxido de carbono en la cámara. A medida que el gas se condensaba en hielo sobre este, se encendió un calentador para simular el calor del sol. El resultado fue la formación de columnas de gas que emergieron desde el suelo, lo que arrastró partículas y así generó los patrones ramificados característicos.
Este estudio no solo confirmó la teoría de la sublimación del dióxido de carbono, sino que también reveló un detalle adicional que no se había previsto: durante el proceso, se formó hielo entre los granos del suelo simulado, lo que provocó una fractura adicional. Este fenómeno podría explicar por qué las arañas en Marte tienen un aspecto más “agrietado” que lo sugerido por los modelos previos.
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