Eficaz y canchero, el Arsenal derrotó 2-0 al París Saint-Germain, este martes en Londres en uno de los platos fuertes de la segunda jornada de la Liga de Campeones, un duelo en el que el portero visitante Gianluigi Donnarumma no tuvo su mejor noche.
Los goles locales fueron firmados por el alemán Kai Havertz (20) y el capitán de los Gunners Bukayo Saka (35). En ambos Donnarumma estuvo lejos de la fama que le precede.
Era la primera cita de altura para el PSG y el naufragio fue importante en Londres para un equipo que había salvado la primera jornada de Champions con un gol in extremis en casa ante el Girona (1-0).
Luis Enrique había decidido viajar a la capital británica sin Ousmane Dembélé, excluido por incumplir “de manera grave las obligaciones del equipo”, según explicó el técnico español el lunes, sin entrar en detalles.
Es público y notorio que el antiguo seleccionador de la Roja prefiere los soldados a los artistas pero sin Dembélé en el césped es difícil encontrar a alguien en su tropa que marque la diferencia, un hándicap demasiado importante en la superélite para un equipo que ha perdido en poco más de un año a Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé.
Enfrente un Arsenal más rodado contra las grandes escuderías al que le valió con apretar a un Donnarumma que sigue ofreciendo una versión mucho más vulnerable en Europa que en la liga francesa.
Havertz se adelantó al arquero de la selección italiana, tímido en la salida, para aprovechar su estatura y meter la cabeza tras un centro picante del mediapunta belga Leandro Trossard.
Hakimi y Mendes, el peligro
Peor fue la aparición del arquero, o la ausencia de ella, en el segundo tanto. En una falta lateral lanzada por Saka, varios futbolistas intentan tocar el balón pero nadie lo hace y Donnarumma se la termina comiendo.
Las mejores ocasiones del PSG las habían fabricado sus laterales. Por la izquierda Nuno Mendes combinó con Bradley Barcola antes de toparse con la base del poste (28) y Achraf Hakimi se encontró con el arquero español Davis Raya tras exhibir velocidad frente al italiano Riccardo Calafiori (31).
El paso por los vestuarios no cambió el tono del equipo de Luis Enrique, que a la hora de juego introdujo a Randal Kolo Muani y Fabián Ruiz en busca del milagro.
Bien plantado en el campo, el equipo dirigido por otro español, Mikel Arteta, gestionó con inteligencia su renta para lograr su primera victoria en la Champions tras haber arrancado con un empate sin goles en la cancha del Atalanta. /AFP