El mes pasado fue el segundo septiembre más cálido registrado hasta la fecha, según el observatorio europeo Copernicus, que destacó igualmente las precipitaciones lluviosas “extremas” en todo el planeta.
A este ritmo, es “casi seguro que 2024 sea el año más cálido jamás medido”, según Copernicus.
El récord de año calendario más caluroso había sido batido en 2023.
“Las precipitaciones extremas del mes pasado, que estamos observando con más frecuencia, se han visto agravadas por una atmósfera más cálida”, provocando en algunos lugares “meses de lluvia en solo unos días”, declaró este martes Samantha Burgess, subdirectora del servicio de cambio climático (C3S) de Copernicus.
En términos de registros, la temperatura media de septiembre de 2024 fue de 16,17º C, es decir, 1,54º C más cálida que un mes de septiembre promedio en el clima preindustrial (1850-1900).
Solo el mes de septiembre de 2023 supera este registro.
De los últimos 15 meses, el planeta ha superado el umbral de +1,5º C en 14 ocasiones.
Ese umbral de +1,5º C es el límite simbólico que se impusieron las naciones que firmaron el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático en 2015.
De todas maneras, se necesitan varias décadas de anomalías en la temperatura media para poder afirmar que el planeta superó ese umbral de forma definitiva, advierten los expertos.
Por el momento el año se encamina a ser el más caluroso a no ser que los registros caigan “más de 0,4º C” de media en lo que queda de año, algo que nunca ha sucedido, afirma el observatorio europeo.
Actualmente la temperatura media del planeta es unos 1,3º C superior a la media preindustrial.
Estos récords continuos están siendo impulsados por el calentamiento sin precedentes de los océanos (70% del planeta), que han absorbido más del 90% del exceso de calor causado por la actividad humana y sus emisiones de gases de efecto invernadero.
La temperatura media de la superficie marina se ha mantenido en niveles anómalos desde mayo de 2023.
Supertifones y huracanes
La combinación de altas temperaturas y humedad ha provocado grandes precipitaciones de lluvia y tormentas en prácticamente todo el planeta.
El boletín de Copernicus destaca la tormenta Boris en Europa central y el tifón Krathon en Asia.
Luego en Asia llegaron otros dos supertifones, Yagi y Bebinca, con inundaciones masivas en Nepal y Japón, mientras que el huracán Helene golpeó a finales de septiembre el sureste de Estados Unidos.
En África Occidental y Central, una intensa temporada de lluvias ha causado más de 1.500 víctimas, cuatro millones de damnificados y 1,2 millones de desplazados, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“En promedio, el potencial destructivo de los huracanes ha aumentado alrededor de un 40% debido al calentamiento de 1° C que ya ha ocurrido”, declaró a la AFP Michael Mann, climatólogo de la Universidad de Pensilvania.
Estas observaciones climáticas serán el trasfondo de las negociaciones de la COP29 de Bakú en noviembre.
Las naciones deben acordar cómo proporcionar a los países en desarrollo los miles de millones de dólares necesarios para su transición energética y para protegerse de las catástrofes cada vez más frecuentes.
AFP