El director de la revista Trámite Parlamentario y Municipal de España, Josep María Francàs entrevista al economista Néstor Suárez sobre su visión de la situación por la que atraviesa Venezuela luego de más de 25 años bajo regímenes socialistas
Nestor Suárez es presidente y fundador de la organización Rumbo Propio. Ex decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Administrativas y Sociales de la Universidad Rafael Urdaneta (URU) y Profesor de economía política y Macroeconomía en la Universidad del Zulia (LUZ). Fundador de la cátedra de Supply Side Economic (Economía de la Oferta). Fue Profesor Visitante en la Universidad de Connecticut en USA.
JMF: ¿Ves salida a la actual situación de Venezuela?
NS: En la lucha del bien contra el mal el socialismo es el representante del mal. Siempre inocula antivalores. El socialismo es malo. Hay que salir de el. La salida en Venezuela, no es por el aeropuerto, sino quedándose en el país y luchar por la construcción de una Sociedad libre y de primer mundo. Hay que derogar todas las leyes “malas”, y hacer leyes que favorezcan la construcción de una economía de libre mercado y la propiedad privada. Cuando hagamos esto se producirá un shock de oferta con deflación que contribuirá a bajar los precios…..Y eso, se traducirá en prosperidad para el país. El socialismo, confisca y empobrece, y, el capitalismo crea riqueza, de eso se dieron los cuenta los chinos y también de que la propiedad privada, es sagrada. En Venezuela, necesitamos un Programa o Proyecto económico práctico, liberal, racionalmente distinto y un mensajero entrenado en ese relato… con coraje y visión moderna de la prosperidad y del primer mundo, y, un partido o Instrumento partidario diferente a los que existen y sin complejos, 100% descontaminado de socialismo y decididamente pro libre mercado… un partido y un mensajero que le digan la verdad a Venezuela. No hay riqueza sin libre mercado, y resalto que el Socialismo es malo en cualquier siglo, porque siempre genera lo mismo: pobreza, atraso, corrupción y sometimiento al poder. Sólo el liderazgo moral de María Corina Machado puede cambiar el sistema.
JMF: Un famoso venezolano me dijo que la perdición de Venezuela había sido tanta riqueza que posibilitó vivir siempre del ‘papa estado’…
Venezuela, jamás conoció el sistema de libre mercado, llamado “capitalista” por sus detractores. Lo más cerca fue con las garantías económicas con la Constitución de 1961, de inmediato suspendidas indefinidamente. Venezuela vivió siempre en un sistema estatista e intervencionista, y cada vez más socialista desde 1958, y sobretodo desde 1998. Todos los partidos políticos venezolanos han sido y son estatistas, populistas y socialistas, de izquierda o centroizquierda… ¡por eso el país está cómo está! La democracia no es lo más importante, aunque sí es el menos malo de los sistemas políticos. Más importante es la libertad. Y que no hay democracia sin partidos, pero que los partidos deben ser completos: con principios y doctrinas, con ideas y programas.
El problema de fondo ha sido la pobreza del discurso, la cual ha puesto de manifiesto la dramática ausencia de alternativas políticas para salir de la crisis. Por eso te repito, la salida es cambiar el sistema socialista y pasar al sistema de libre mercado.
JMF: Siempre ha habido socialismo de una u otra forma ¿no?
Los últimos 70 años han sido de ilusión política. Una errónea creencia de que el Estado puede y debe resolver todos los problemas de las personas. En Venezuela, como en la mayoría de los países de América Latina, los Gobiernos aspiraron a controlar los mercados, cerrando el camino a la competencia. Al Estado hay que ponerlo en su lugar, limitándolo a cumplir solo con sus funciones específicas de defensa, seguridad y administración de justicia, recortando los excesivos poderes y facultades impropias, que hoy ejerce, otorgando más libertad y poder al ciudadano. El Estado no solamente no tiene soluciones, sino que es el problema mismo, como por ejemplo la inflación creada por los gobiernos al abusar de su monopolio de emisión monetaria, e inundar el torrente de circulante de dinero inorgánico, a la vez una de las causas de otros problemas derivados, como el de la pobreza. O el problema de la descapitalización creado por el Estado al confiscar innumerables activos, e imponer impuestos excesivos, para obtener muchos recursos para resolver problemas que no puede solucionar. La descapitalización también trae otro problema, que es la imposibilidad de ahorrar, y por ende de invertir, y crear empleo productivo, y así generar riqueza. Todo esto crea una “ilusión política” por supuesto errada en cuanto a que ese Estado redistribuidor y benefactor tiene la solución a todos los males. Está ilusión ha generado el Estado gigante, gastador, endeudado, inflacionario, confiscador y empobrecedor. Y que se la pasa dictando reglamentos todo el tiempo, y produciendo leyes alocadamente, en la creencia que así todo lo soluciona, cuando lo que estás regulaciones absurdas y caprichosas lo que logran es entrabar y obstaculizar las actividades económicas. Y entorpecer las acciones y esfuerzos que las personas por si mismas hacen para resolver sus problemas, en el indeclinable ejercicio de la responsabilidad individual.
JMF:¿Qué modelo de Estado contemplas?
El Estado es un ente represivo, que lo único que puede hacer es prevenir el delito, y hacer que los delincuentes cumplan sus penas. Además, puede patrullar las fronteras, enviar embajadores y cónsules al exterior, y contratar la construcción de carreteras, autopistas y puentes, y la recolección de residuos. La función de producir no es de los gobiernos ni de los partidos políticos, es de los individuos y de la empresa privada en un sistema de mercados libres y abiertos a la competencia.
JMF: ¿En Venezuela, y cada día en más países, habéis vivido engañados confiando en ese papa Estado que todo lo puede?
Definitivamente sí, y en muchos países, sobre todo en América Latina el continente más inestable del planeta y el más confundido y acomplejado. Engañados respecto a lo poco que puede hacer el Estado, a lo mucho que no puede, a cuáles son sus funciones propias que marcan sus límites, y a las calamidades que se desatan sobre la sociedad cuando esos límites son desbordados. Hay un libro, de un pastor estadounidense llamado John Hagee, se titula “La Era del Engaño”. Dice que desde Franklin Roosevelt en adelante, todos los presidentes estadounidenses excepto Ronald Reagan han mantenido al público engañados sobre está cuestión, alimentando la ingenua creencia de que la enorme maquinaria estatal, con todas sus agencias reguladoras y de bienestar, es capaz de resolver todos los problemas de la sociedad como el crimen, niñez, ancianos, droga, contaminación, vivienda, pobreza, etc. Y que para ello basta con dos cosas: 1 – Entregarle al monstruo estatal más y más recursos económicos, que son sustraídos de las personas, y que quedan con ello empobrecidas… y 2.- Entregarle a los engranajes gubernamentales más poderes, competencias y facultades, es decir, imponerles más restricciones, prohibiciones y limitaciones a las personas, familias, empresas, etc. Es un proceso con dos avenidas…. Y paralelas. Permanentemente se trasladan dos cosas de la sociedad al Estado: recursos económicos, y poderes y facultades. Pero, ¿qué se ha resuelto con ello? Nada. Las cosas han empeorado en Venezuela y en América Latina. Hay que desestatizar y devolver tanto los recursos como las libertades que se le ha arrebatado a la gente.
JMF:¿Y qué perspectivas vislumbras para Venezuela?
Venezuela tiene que cambiar el sistema. Pero para un sistema mejor, no peor. El Primer Mundo no va a quedarse esperándonos a los venezolanos. Si entramos a él, o permaneceremos en las filas de los países más pobres, más enfermos de epidemias, desordenados, caóticos y violentos. Para hallar la salida, hay que pensar de otro modo. Cambiar de mentalidad. Salir del pensamiento marxista y socialista que predomina en los conceptos, explicaciones, diagnósticos y análisis, y en las propuestas.
JMF:¿Venezuela al primer Mundo? ¿Cómo?
Con un Programa de Gobierno Liberal con los siguientes objetivos:
1.-Poner al Estado en su lugar
2.-Desregular masivamente
3.-Desestatizar la sociedad
4.-Privatizaciones en la producción y la economía, y así mismo en educación, medicina y previsión, con los cupones de promoción social.
5.-Autonomía regional y liberal para las regiones.
6.-Bajos Impuestos
7.-Instituciones Privadas Libres y Autónomas, independientes del Estado.
JMF: ¿Por dónde empiezas?
1.-Se tiene que saber y ser capaz de formular de manera comprensible adonde ir con el plan o proyecto. La visión de la sociedad que se desea construir debe ser clara y no difusa, explícita y no implícita, dura y no suave, intransigente, no una que satisfaga a todos, no hay luna de miel para la reconstrucción.
2.-Se debe saber cómo llegar. Una parte importante es tener la capacidad y el valor de decirle a la gente la verdad sobre los costos inevitables de la transformación. No hay reformas ni transformaciones gratis.
3.- Se debe poder convencer a la gente. La salida pasa por un cambio de sistema.
La salida es cambiar el sistema y pasar a al sistema de libre mercado. Un Proyecto Liberal. También llamado capitalismo de libre mercado o liberal. Caracterizado por estos tres rasgos: Gobiernos limitados, mercados libres, e instituciones privadas separadas del Estado. Para producir riqueza en abundancia y bien repartida.
JMF: ¿Este Proyecto Liberal que propones que pasos debería seguir?
En primer lugar, desestatizar y construir una economía de libre mercado, con un elevado grado de eficiencia para adaptación a circunstancias cambiantes, y capaz de producir un crecimiento económico sostenido a largo plazo. Con instituciones políticas y económicas favorables, de tal manera que los venezolanos cuenten con suficiente capacidad de resistencia a los problemas que ocurren en todas las sociedades, y con los ajustes enfrentando nuevas necesidades y problemas con creatividad. El segundo objetivo debe ser algo que nunca se ha hecho como debe ser: el crecimiento debe llegar a todos los participantes en la sociedad. Implica desarrollar un nuevo marco institucional, con una reestructuración en los nexos entre el sistema político, el sistema judicial y la economía. Si el Gobierno no es creíble, si las instituciones no son confiables, si nadie sabe a qué atenerse o qué esperar en lo adelante, la incertidumbre e inseguridad serán cada vez mayores. Hay que generar confianza. En la economía, se requiere desarrollar un espíritu empresarial, creando un ambiente constructivo y a la vez eficiente y competitivo. Lo primero que hay que hacer es “poner la casa en orden”, ya que hay demasiadas cosas fuera de orden. Por ejemplo, una moneda enferma, desprestigiada y sin valor, endeudamiento ilimitado, déficit fiscal, inseguridad personal y jurídica, de cosas, personas y contratos, incertidumbre en la propiedad privada que es la esperanza de los pobres, etc. Hay que reestructurar el Estado, el gobierno debe ser transparente, y ser capaz de cumplir con sus funciones y compromisos.
JMF: ¿Es posible esto en la Venezuela de hoy?
Las instituciones en Venezuela están muy débiles y poco creíbles. La democracia cuando es ilimitada como lo es actualmente en Venezuela se convierte en enemiga de la desestatización y la construcción de una economía Libre y conduce justamente al socialismo y estatización y termina acabando con la democracia misma. Una cosa es creación de riqueza y prosperidad, y otra democracia. En Singapur, por ejemplo que es un caso de éxito ejemplar, al principio para poner orden en la casa, no hubo democracia. Para crear riqueza y prosperidad, lo que se requiere son leyes y tribunales sabios y justos, además de carreteras, puentes, infraestructura de obras públicas de primer mundo, y pocos impuestos y cargas públicas. Se lo simplifico de esta manera: La salida al socialismo y al estatismo colectivista es el capitalismo de libre mercado o liberal. La salida a la centralización del poder con las autonomías regionales y liberal. La salida al pensamiento marxista predominante es el liberalismo clásico. La salida a la confusión de las emociones y sentimientos es la razón.
JMF: ¿Eres optimista respecto a Venezuela?
Hay muchas razones para ser optimistas. Tenemos todo para ser uno de los países más ricos y prósperos del mundo.
Así como Singapur, China, Taiwán, India ,Corea del Sur y Japón son líderes de la prosperidad en Asia, Venezuela puede ser el Líder de América Latina. Y hub energético del mundo.