“Donald Trump es el Grinch que les quiere robar la Navidad”.
Por BBC
La frase es de Mark Cuban, uno de los multimillonarios quizá más públicos de Estados Unidos, un tipo lenguaraz que habla de política de una manera en la que muy pocos superricos lo hacen.
La pronunció el 17 de octubre, cuando apareció en el escenario de un acto de campaña de la aspirante demócrata a la presidencia, Kamala Harris, en La Crosse, Wisconsin, uno de los siete estados que se espera definan los resultados de las elecciones.
Apenas había pasado una semana desde que el hombre más rico del mundo y techno bro por excelencia, Elon Musk, brincó y arengó junto al candidato republicano a presidente de EE.UU., Donald Trump, en Butler, Pensilvania, la joya de la corona de los estados clave.
Ambos, Cuban y Musk, están sumidos en una batalla en las redes sociales y sobre tarimas, en plena competencia por ver quién consigue más apoyo para uno u otro rival en la recta final hacia los comicios del 5 de noviembre.
Emprendedor rico y mediático
Puede que muy pocos no hayan oído hablar de Elon Musk. El de Cuban, sin embargo, es un nombre que resulta menos familiar más allá de EE.UU.
Sus inicios como emprendedor se remontan a cuando con 12 años empezó a vender bolsas de basura puerta a puerta en Mt. Lebanon, el suburbio de Pittsburgh, ciudad industrial de Pensilvania, en el que nació en 1958 y se crió.
Aunque sus iniciativas empezaron a ser más rentables después de graduarse en negocios por la Universidad de Indiana.
El primer ejemplo fue MicroSolutions, una consultora informática por cuya venta se embolsó US$6 millones en 1990, antes de fundar la firma de capital riesgo Radical Computing, Inc. y hacer un paréntesis para estudiar actuación en Los Ángeles.
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