El impulso al voto anticipado de los republicanos en Arizona sería clave para una estrategia electoral ganadora

El impulso al voto anticipado de los republicanos en Arizona sería clave para una estrategia electoral ganadora

Los republicanos se muestran optimistas de que su iniciativa de votación anticipada dará resultados en Arizona. AFP vía Getty Images

 

En un cambio sorprendente respecto de elecciones anteriores, los republicanos de Arizona creen que las cifras de votación anticipada podrían ser la clave del éxito del partido.

Por New York Post

“A menos que los demócratas cambien drásticamente su comportamiento [de votación] para el martes, creo que estamos en una muy buena posición para ganar en la cima de la lista”, dijo la presidenta del Partido Republicano de Arizona, Gina Swoboda, al tiempo que expresaba confianza sobre la carrera al Senado y otras contiendas de niveles inferiores.

Más de 2,2 millones de habitantes del Gran Cañón optaron por votar anticipadamente, según Uplift Data.

Hasta el viernes, los republicanos lideran la lista de los demócratas en cuanto a votos anticipados por más de 182.000 votos en todo el estado. La participación está muy igualada, con un 58,3% del Partido Republicano y un 57,4% de los demócratas. La participación independiente se sitúa justo por debajo del 38%, con más de 584.000 votos devueltos.

Las cifras pintan un panorama optimista para los republicanos, que perdieron por poco las principales elecciones estatales en 2022. Aun así, es difícil saber si estos arizonenses están votando de acuerdo con su partido y en qué contiendas están votando, independientemente de su afiliación partidaria.

Según las últimas cifras del secretario de estado de Arizona, hay 1,56 millones de republicanos registrados, 1,27 millones de demócratas registrados, 1,47 millones de independientes registrados y aproximadamente 67.000 registrados como miembros de otro tercer partido. Esos votantes independientes podrían, en última instancia, decidir el destino de varias contiendas reñidas.

Lea más en New York Post

Exit mobile version