Petróleo, migración, democracia: la política de Donald Trump hacia Venezuela es un enigma en su regreso al poder en Estados Unidos, cuatro años después de su infructuoso intento por derrocar a un declarado “enemigo”, Nicolás Maduro, que apuesta por un “nuevo comienzo” en las relaciones con Washington.
Por infobae.com
Trump, quien impuso una política de máxima presión contra Maduro en 2019, incluido un embargo al petróleo venezolano, asumirá el poder en medio de una crisis energética por las guerras en Ucrania y Oriente Medio, que hace más atractivo al crudo de este país caribeño.
Y aunque el magnate inmobiliario llegó a criticar a la administración de Joe Biden por comprar crudo a Caracas, poco habló de Venezuela y los venezolanos en su campaña, solo para para referirse a ellos como migrantes “criminales”.
“No hay claridad en cómo va a ser en general su política exterior”, afirmó el internacionalista Iván Rojas. “Es posible que sea más pragmático y que busque acomodarse, como es posible que para mantener la imagen de fuerza mantenga las sanciones, incluso las redoble. Ambas posibilidades existen”.
El presidente Maduro, cuyo gobierno rompió relaciones con Estados Unidos durante el primer mandato de Trump, apostó este miércoles a tener “relaciones de respeto, sensatez, diálogo y entendimiento”.
“En su primer gobierno, presidente reelecto Donald Trump, no nos fue bien, este es un nuevo comienzo para que apostemos a ganar-ganar y le vaya bien a Estados Unidos y le vaya bien a Venezuela”, dijo el mandatario izquierdista.
La nueva presidencia republicana coincide con las denuncias de fraude en la reelección de Maduro para un tercer período de seis años (2025-2031). La oposición liderada por María Corina Machado reclama un triunfo del candidato Edmundo González Urrutia, exiliado en España tras una orden de detención en su contra.
Machado prometió ser un “aliado confiable” de la nueva administración estadounidense.
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