El alto el fuego para detener durante 60 días la guerra entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá, que entró en vigor este miércoles en Líbano, es un “paso alentador” que debe mantenerse en una región “agotada” por el conflicto, indicó hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
“El alto el fuego debe mantenerse y aplicarse en todos los niveles de mando para garantizar el tan necesario respiro a la población civil de ambos lados de la frontera“, afirmó la organización humanitaria en un comunicado de prensa.
Esta población civil, recordó CICR, se ha llevado la peor parte del conflicto, con muchos muertos y heridos y más de un millón de personas desplazadas de sus hogares en Líbano e Israel, por lo que este alto el fuego les aporta “algo de esperanza y estabilidad“.
Ante esta situación, la organización, que ya se encuentra trabajando en la región, aseguró estar dispuesta a redoblar sus esfuerzos para crear las condiciones necesarias que permitan a las familias regresar a sus hogares en condiciones de seguridad y comenzar a reconstruir sus vidas.
En esta misma línea se expresó también la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés), que indicó que, aunque se trata de “un momento de alivio“, éste debe ser “duradero“.
“El alto el fuego debe significar el fin de la expulsión de la gente de sus hogares y comunidades y el fin de la constante sensación de miedo y ansiedad que la gente ha tenido que soportar, preocupada por cuándo llegará el próximo ataque“, aseguró en un comunicado el secretario general de la ONG, Jan Egeland.
Ambas organizaciones hicieron igualmente hincapié en la situación humanitaria en Gaza, donde, insistieron, “es hora de que cesen los combates“.
Además del alto el fuego permanente en toda la región, también instaron a facilitar el flujo “rápido y sin trabas” de la ayuda humanitaria para los civiles dondequiera que se encuentren. EFE