Estados Unidos colabora estrechamente con sus aliados en Oriente Medio, para evitar que las armas químicas del caído régimen sirio de Bashar al Asad, caigan en manos equivocadas, explicó una portavoz del Pentágono.
“Estamos trabajando para asegurarnos de que esas armas químicas no caigan en manos de personas que quieran utilizarlas contra civiles, nuestras fuerzas estadounidenses o nuestros socios en la región”, señaló este 9 de diciembre, en una rueda de prensa, Sabrina Singh, portavoz adjunta del Departamento de Defensa.
El domingo 8 de diciembre, un funcionario estadounidense afirmó que EEUU está colaborando activamente con sus aliados para destruir ese arsenal de armas químicas.
Singh evitó detallar la magnitud del supuesto depósito de armas químicas en Siria y aseguró que no hay fuerzas estadounidenses involucradas directamente en la búsqueda de estas. Sin embargo, no respondió a la pregunta de si EEUU está proporcionando inteligencia a otros países para localizarlas.
“Contamos con experiencia en este ámbito y estamos trabajando a través de nuestros socios en el terreno para garantizar que esas armas no caigan en las manos equivocadas”, se limitó a decir.
Durante los 13 años de guerra civil en Siria, el régimen de Al Asad ha sido acusado en repetidas ocasiones de utilizar armas químicas contra su propia población. Estas acusaciones han sido confirmadas por Naciones Unidas y organizaciones internacionales como Human Rights Watch.
Los ataques más mortíferos ocurrieron en agosto de 2013 en Guta (con un balance de entre 281 y 1.729 muertos), en abril de 2017 en Jan Sheijún (89 muertos) y en abril de 2018 en Duma (43 muertos y 500 heridos). El cloro fue el agente químico más utilizado, presente en el 91,5 % de los ataques, junto con el sarín y el gas mostaza.
Antes de los ataques más letales, el entonces presidente estadounidense, Barack Obama (2009-2017), advirtió a Al Asad que el uso de armas químicas sería una “línea roja” que provocaría una intervención militar de EEUU.
Sin embargo, pese a que Al Asad habría cruzado esa línea roja, no se produjo intervención militar. En su lugar, Obama negoció con Rusia para que obligara a Al Asad a destruir sus arsenales químicos.
Ese proceso de destrucción no se completó totalmente, según Washington, que acusó al régimen sirio de violar el acuerdo y mantener parte de su arsenal químico.
El régimen de Bashar Al Asad, que había resistido durante 24 años, colapsó el pasado 8 de diciembre tras una ofensiva de 12 días liderada por una coalición de insurgentes que tomó Damasco con escasa resistencia.
EFE