El Tiempo: así funcionan los hilos del poder de Cuba dentro del aparato de inteligencia de Venezuela

El Tiempo: así funcionan los hilos del poder de Cuba dentro del aparato de inteligencia de Venezuela

Nicolás Maduro junto a Miguel Díaz-Canel. Foto: Cortesía

 

Las relaciones que estrecharon Hugo Chávez y Fidel Castro permitieron, en su momento, que más de 20.000 médicos cubanos llegaran a Venezuela en las últimas dos décadas. Ese acuerdo prendió las alertas de la Federación Médica de Venezuela (FMV), que comenzó a solicitar documentos a todos esos profesionales de la salud para verificar sus licencias.

Por Ana Rodríguez | El Tiempo





“De todos los documentos que solicitamos, solo 10 eran médicos de verdad, el resto no”, dijo hace unos años en una entrevista el actual presidente de la FMV, Douglas León Natera. En Venezuela, para ejercer la medicina siempre ha sido necesario inscribirse en la federación, algo que no ocurrió con los cubanos. De pronto el Estado dejó de facilitar documentación. “Para nosotros eran espías”, dijo Natera en esas declaraciones.

Los médicos iban de casa en casa a través del mecanismo recién creado por Chávez en 2003 llamado Misión Barrio Adentro, que buscaba llevar a los médicos a los lugares más pobres y alejados, como una especie de ‘médico de cabecera’. Si bien muchas vidas fueron salvadas, pronto comenzaron rumores y denuncias de las prácticas poco científicas de estas personas.

“Los cubanos entrenaron a los agentes de la DGCIM, incluyendo la preparación en el uso de la tortura. Hemos recibido informes sobre la metodología de tortura en los calabozos de la DGCIM y testimonios por parte de exfuncionarios venezolanos -ahora en el exilio- que asistieron en persona a actos de tortura en Venezuela, así como sobre el entrenamiento que recibieron de parte de los agentes cubanos”, INSTITUTO CASLA.

Algunos aprovecharon para desertar, otros para enviar suministros a sus familias en Cuba, como electrodomésticos, ropa y demás accesorios. Unos se casaron para no regresar a la isla y quienes corrieron con más suerte se aliaron y establecieron clínicas privadas.

La presencia cubana en más sectores, como el de seguridad y lo público, comenzó a crecer y a notarse aún más. Se hizo cotidiano escuchar “me atendió un cubano” o “parece cubano” al referirse a funcionarios de servicios estatales.

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